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Crisis sanitaria

El BCE no toca tipos pero dará liquidez a los bancos y relajará los requisitos de capital

Añadirá otros 120.000 millones en compras de deuda de aquí a final de año

Reuters
Nuria Salobral

Chistine Lagarde ha fracasado en su intento de frenar la espiral de inestabilidad que se ha declarado en los mercados financieros a causa del impacto económico de la epidemia del coronavirus. El contagio de la enfermedad está provocando unas turbulencias financieras que solo son ya comparables con la caída de Lehman Brothers, pero las medidas extraordinarias adoptadas hoy por el BCE no han bastado para frenar el incendio, que se ha avivado más si cabe al conocerse el mensaje del banco central.

El BCE ha dejado sin cambios los tipos de interés, renunciando a la nueva bajada en la tasa de depósito que descontaba el mercado, pero ha anunciado una línea de liquidez específica e ilimitada para asegurar la estabilidad del sistema, un aumento de las compras de deuda hasta finales de año y una relajación de los requisitos de capital a la banca para favorecer la concesión de crédito. Así, el BCE pondrá en marcha una línea de liquidez inmediata para el sistema financiero europeo. Y ampliará en 120.000 millones de euros el programa de compras de deuda hasta finales de año.

La presidenta del BCE Christine Lagarde ha señalado que la epidemia de coronavirus está causando un shock en la economía de la zona euro, incluso a pesar de que su efecto pueda ser temporal. Ha mencionado el shock de oferta que supone la ruptura de la cadena de producción, el shock de demanda que está causando la parálisis de actividad con la que frenar el virus y las turbulencias financieras ante el riesgo de recesión global. Lagarde cree generoso el paquete de estímulos pero, en lo que el mercado ha interpretado como un reconocimiento de las limitaciones del BCE, ha insistido en que la respuesta a la actual crisis que ha desatado el virus se ha de dar en varios frentes. Y en que la primera línea de fuego está en la respuesta fiscal de los gobiernos de la zona euro y en los paquetes de ayudas que pongan en marcha.

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La presidenta del BCE ha insistido en la necesidad de que los gobiernos de la zona euro adopten una "ambiciosa y coordinada respuesta fiscal" para ayudar a las empresas y hogares en dificultades. Ha advertido que la respuesta no puede ser solo monetaria –“el BCE no está para bajar las primas de riesgo”, ha afirmado­- y ha defendido que el papel del BCE estará en facilitar liquidez ilimitada y en las mejores condiciones para que la banca dé crédito a las pymes en dificultades. A partir de ahí, corresponderá a los gobiernos avalar y respaldar las refinanciaciones de las empresas como medida de apoyo. “Ningún banco central puede ser la primera línea de la respuesta al coronavirus”, ha advertido Lagarde.

No ha habido en esta ocasión palabras mágicas con las que frenar la oleada de ventas en el mercado, que Lagarde considera “extremadamente sensible”. La presidenta del BCE sí confía en que los inversores puedan “valorar y analizar” las medidas anunciadas y defiende que son “las más efectivas y enfocadas” a garantizar la financiación de las pymes, el objetivo fundamental para frenar el impacto económico del virus. Pero el idilio de los inversores con los bancos centrales ha quedado roto en pedazos con la epidemia del coronavirus y ni la rebaja extraordinaria de tipos anunciada por la Fed la semana pasada ni los mensajes de Lagarde de hoy –muy lejos de la efectividad del “whatever it takes” de Draghi de 2012 que garantizó la supervivencia del euro– han estabilizado el mercado.

La epidemia del coronavirus ha obligado al BCE a rebajar sus previsiones de crecimiento y la institución prevé ahora un crecimiento para la zona euro del 0,8%, desde el 1,1% de diciembre. Será en la primera mitad del año en la que se concentre el impacto de la parálisis de la actividad que ha impuesto el virus. En 2021 la zona euro crecería el 1,3%, frente al 1,4% estimado en diciembre, y en 2022, el 1,4%, previsión que se mantiene sin cambios. La estimación de inflación para este año queda igual, en el 1,1%.

El BCE declara en su comunicado que a pesar de que no detecta señales materiales de tensiones de liquidez en el sistema financiero, la inyección de liquidez inmediata (LTRO) proporcionará un soporte efectivo en caso de necesidad. Además, la institución ha mejorado las condiciones de las subastas de liquidez TLTRO III, condicionadas a la concesión de crédito, aunque no lo hará en la subasta prevista para este mes sino ya a partir de junio y hasta junio de 2021. Esas subastas buscan dar financiación a las pymes más afectadas por el impacto del coronavirus, según explica el BCE, y tendrá un tipo de interés más favorable, de hasta 25 puntos básicos inferior a la facilidad de depósito. Así, los bancos que presten dinero en estas condiciones podrán recibir una prima de hasta el 0,75%. Lagarde ha avanzado además que se estudian medidas para mejorar aún más los términos de estas subastas de liquidez.

El aumento del programa de compras en 120.000 millones de euros hasta final de año irá en paralelo al programa de adquisiciones ya existente, por 20.000 millones de euros al mes. "Esto proporcionará condiciones favorables de financiación para la economía real en tiempos de elevada incertidumbre", señala el comunicado.

El BCE ha tenido también un gesto de alivio para los bancos, a los que rebajará las exigencias de capital, en línea con la decisión tomada ayer de forma extraordinaria por el Banco de Inglaterra. "El coronavirus está causando un shock significativo en nuestras economías. Los bancos necesitan estar en posición de continuar financiando a los hogares y empresas en tiempos de dificultad. Las medidas de supervisión tomadas hoy buscan dar apoyo en el servicio de los bancos a la economía"; ha explicado Andrea Enria, presidente del Consejo de Supervisión del BCE.

Por lo tanto, los bancos van a poder operar de forma temporal por debajo de los requisitos de capital, con el fin de estar en disposición de dar más crédito y no de elevar el dividendo o la retribución variable, advierte el BCE. El test de estrés a los bancos ha quedado además aplazado.

Lagarde ya alertó el martes ante los líderes de la UE de que la unión se arriesga a una gran un choque económico, similar al que sucedió en 2008, si no se toma de inmediato decisiones contundentes y coordinadas. La UE puede enfrentarse a "un escenario que nos recordará a muchos de nosotros la Gran crisis financiera de 2008".Con la respuesta correcta, el choque probablemente sea temporal", añadió.

Y prueba de que el coronavirus también afecta a la operativa interna del BCE, Lagarde ha anunciado que ella y el vicepresidente Luis de Guindos trabajarán en equipos separados y que el próximo Consejo de Gobierno del mes de abril se celebrará por video conferencia.  

 

Sobre la firma

Nuria Salobral
Es jefa de la sección de Inversión en el fin de semana y redactora especializada en temas financieros y política monetaria. Trabaja en Cinco Días desde 2006, donde ha cubierto la quiebra de Lehman Brothers, el rescate a la banca española o las decisiones del BCE. Nacida en Madrid, es licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense.

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