El fallo sobre Heathrow reflota el flojo prestigio verde del Reino Unido
La decisión judicial de rechazar la tercera pista del aeropuerto evita una decisión difícil a Johnson
Las credenciales verdes de Gran Bretaña han recibido un oportuno disparo en el brazo. El hecho de que los tribunales del Reino Unido hayan rechazado los planes para una tercera pista en el londinense aeropuerto Heathrow, controlado por Ferrovial, confirma la importancia de las emisiones de dióxido de carbono en las decisiones de inversión importantes. También evita una decisión difícil al primer ministro, Boris Johnson, y remienda su credibilidad como maestro de ceremonias en la crucial cumbre sobre el clima de noviembre.
El villano del fallo de ayer del Tribunal de Apelación de Inglaterra fue la predecesora de Johnson, Theresa May, quien firmó la ampliación del aeropuerto más concurrido de Europa en 2018. Su administración, dijeron los jueces, ignoró las obligaciones legales de Gran Bretaña de reducir las emisiones de carbono acordadas en París en 2015.
En teoría, Johnson podría ahora volver a presentar el plan de ampliación, con los compromisos de París debidamente tenidos en cuenta, y proceder con el proyecto de 14.000 millones de libras (16.000 millones de euros). Hay tres razones por las que no debería.
La primera es la cumbre climática COP26 de noviembre en Glasgow (Escocia). La condición de Gran Bretaña como primera gran economía que se ha comprometido a tener cero emisiones netas de carbono para 2050 la convierte en una punta de lanza apropiada para una reunión que será crucial a nivel mundial para establecer objetivos adecuados de reducción de carbono.
Pero la decisión de Johnson de confiar la coordinación de ese proceso al secretario de Empresa, Energía y Estrategia Industrial, Alok Sharma –que no es una gran figura del gabinete– dio un tono discordante. Otra pista en Heathrow habría hecho que las demandas del Reino Unido para que otros se vuelvan más verdes fueran más bien huecas.
La segunda es el compromiso legislado del país de alcanzar las cero emisiones netas de dióxido de carbono para mediados de siglo. Para lograrlo, su propio Comité de Cambio Climático dice que el transporte aéreo solo puede crecer un 25% –aproximadamente 41 millones de pasajeros– a partir de ahora.
Los planes de expansión de Heathrow por sí solos habrían añadido 52 millones, más de la mitad de los 97 millones de pasajeros que los aeropuertos británicos quieren incorporar colectivamente para 2050, según un cómputo del portal Carbon Brief.
Lo que lleva al tercer punto: la promesa de Johnson de “nivelar hacia arriba” Gran Bretaña invirtiendo más en las empobrecidas regiones del norte y menos en el próspero sureste.
El crecimiento de los aeropuertos de Mánchester y Birmingham mantendría al Reino Unido en el buen camino con el carbono, y llevaría algunos de los 77.000 puestos de trabajo que se esperan del desarrollo de Heathrow a zonas más necesitadas del país.
Idealmente, por supuesto, Johnson habría llegado a estas conclusiones por sí mismo. Pero aun así, es preferible a que no lo haga en absoluto.
Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías