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Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Un difícil y confuso rodaje para la nueva información privilegiada

Toda la nueva ordenación de la información relevante añade más confusión que transparencia

La Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) ha cambiado el sistema habitual de comunicación al mercado de la información relevante que afecta a las sociedades emisoras de valores. Esta vez el cambio viene impuesto por una adaptación (poco afortunada) de la ley del mercado de valores a la legislación comunitaria, pero, como en otras ocasiones, el cambio de sistema ha creado confusión entre los operadores y ha provocado dudas en las empresas, lo que ha obligado al propio supervisor a hacer aclaraciones adicionales.

En estas semanas de presentación de resultados hay empresas que informan de sus cuentas al mercado calificándolas de información privilegiada y otras que interpretan que no lo son. Algunas compañías han comunicado las cuentas de las dos formas, tanto como "información privilegiada" como en la categoría de "otra información relevante". Rizando el rizo, hay algún caso en que se han registrado con todo detalle los resultados como si no fueran información privilegiada para acto seguido, cuando ya eran públicos, comunicarlos como "información privilegiada". Ha habido presentaciones a analistas que han entrado en una categoría y en la otra y, en general, no se ha apreciado que la clasificación en diferentes cajones que ha creado cierta confusión en el mercado haya estado correlacionada ni con el impacto sobre la cotización ni con si se ajustaban o no a las previsiones de los analistas.

Todo cambio conlleva incomodidades iniciales y necesidades de rodaje, pero los primeros pasos están siendo poco acertados. Trasladar el mensaje de que los resultados anuales de una empresa no constituyen en ocasiones información privilegiada es tanto como admitir que sus ejecutivos puedan adelantárselos a algunos inversores antes que al conjunto del mercado sin incurrir en infracción alguna. Es un flaco favor a la integridad del mercado y va aparentemente en contra de la definición europea que señala que debe considerarse información privilegiada aquella que "un inversor razonable utilizaría probablemente como uno de los elementos de la motivación básica de sus decisiones de inversión".

El razonamiento es extensible a otras informaciones más allá de los resultados, como ya ha habido ocasión de comprobar. En general, toda la nueva ordenación de la información relevante añade más confusión que transparencia. Si el supervisor se ve obligado por ley a usar esas etiquetas algo arbitrarias y a mantener un registro separado, debería aclarar cuanto antes los criterios o, al menos, habilitar la opción de consultar toda la información relevante de forma conjunta a quienes prefieran no dejarse confundir.

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