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Mercados

Los expertos avisan: las salidas a Bolsa en España volverán a escasear en 2020

Un informe de Llyc revela la dura competencia del capital riesgo en las OPV

María Dolores Dancausa, actual consejera delega de Bankinter, cuando era la CEO de Línea Directa.
María Dolores Dancausa, actual consejera delega de Bankinter, cuando era la CEO de Línea Directa.

La CNMV intentará revertir este año la tendencia que arrastra el mercado español en los dos últimos años. Desde 2018, solo se han efectuado dos estrenos en la Bolsa española. El año pasado, cierto, debutó Grenergy, pero ya cotizaba desde 2015 en el Mercado Alternativo Bursátil (MAB). Precisamente, esta plataforma también acogió en 2019 la puesta de largo de Holaluz.

 Los analistas consultados señalan que el contexto será difícil también para las salidas a Bolsa este año, con el capital riesgo como principal competidor. “Los private equities pueden comprar a mayor precio que los fondos de inversión porque incorporan en su valoración las mejoras en la gestión que pondrán en marcha”, explica un alto directivo de la CNMV.

“Parece evidente, por tanto, que la incertidumbre política y económica existente ha contagiado a los mercados de capitales, hasta provocar que las salidas a Bolsa se conviertan en una rara avis, que nos retrotrae a un escenario que no se vivía desde los momentos de mayor volatilidad de la crisis económica”, señala un informe de la consultora LLYC.

Por el momento, solo está confirmado el estreno de Línea Directa, pero lo hará a través de un listing y, por tanto, sin la necesidad de vender la empresa entre inversores. Habrá que ver si los candidatos que están en el disparadero se animan a dar el paso. Son Ibercaja, WiZink, Mediapro, Europastry, Soltec, Restaurant Brands Iberia (la empresa que gestiona la marca Burger King de forma exclusiva en España), Tendam, Cabify, Vips o Esersa, la división de energías renovables del grupo de ingeniería TSK.

Los procesos de dual track, en los que una posible salida a Bolsa compite con ofertas de los fondos de capital riesgo, han tenido un efecto disuasivo. “Los procesos más recientes están finalizando casi siempre en una venta privada. En un momento de exceso de liquidez como el actual, y con un ciclo económico maduro y cercano al cambio, los fondos se encuentran cada vez más presionados para ampliar sus carteras. Por ello, terminan asumiendo valoraciones más altas que las que se pueden conseguir mediante colocaciones de bloques en un mercado de capitales cada vez más volátil”, señala LLYC. El mejor ejemplo fue Cepsa: finalmente Carlyle compró el año pasado el 37% de la petrolera por unos 2.700 millones, meses después de haber tratado de salir a Bolsa.

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