Los afectados por Popular que recibieron el bono de Santander recuperan casi todo el dinero
Los títulos se han disparado hasta rozar el 94% del nominal; los inversores han cobrado además un 1% anual desde diciembre de 2017
Han pasado dos años y medio desde aquel día marcado en el calendario de los mercados, del Banco de España, de la CNMV, del BCE, de los responsables de los fondos de rescate bancarios, tanto del español (Frob) como del europeo (Mede), y también de los del organismo encargado de la resolución de los bancos (Jur). Los alrededor de 300.000 accionistas de Popular perdieron todo su dinero el 7 de junio de 2017. Santander compró el banco por el simbólico precio de un euro. Pero ofreció bonos a unos 115.000 accionistas para que recuperaran su dinero. Quienes los aceptaron, en torno a 100.000 clientes, han recuperado casi todo.
Esa deuda, que se entregó de forma gratuita, ha estado cotizando muy por debajo de su valor nominal desde su emisión en diciembre de 2017. Hasta ahora. En el mercado de renta fija de BME, su precio se acerca al 100% del nominal (ayer, cerró a cerca del 94%), de manera que los titulares recuperan prácticamente toda su inversión. Estos, además, se han embolsado más de un 2% de rentabilidad, a razón de un 1% anual que han ido cobrando trimestralmente desde el 15 de marzo de 2018.
El bono de compensación comenzó a cotizar con un descuento del 22% que con el paso del tiempo ha quedado reducido a poco más de un 6%. Los bonos son, de entrada, perpetuos, pero el banco indicó que su intención era amortizarlos al 100% del nominal a más tardar en diciembre de 2024. Son exactamente el mismo producto que los denominados bonos cocos; es decir, se transforman en acciones si la ratio de capital de máxima calidad (CET1, en la jerga) de Santander cae por debajo del 5,125% y que se venden exclusivamente entre inversores profesionales.
La complejidad y el riesgo del producto hicieron que se incluyeran varias advertencias en la orden de suscripción de la deuda. Los actuales bonistas debieron incluso escribir de su puño y letra el siguiente aviso: “He sido advertido de que los Bonos de Fidelización no se consideran convenientes para clientes minoristas”.
Los particulares que compraron bonos al 8%, resarcidos
Emisiones. Popular realizó dos emisiones de deuda subordinada en 2011 que fue comercializada entre minoristas a razón de 1.000 euros por título. La primera, con fecha 29 de julio, de 2011 contaba con un cupón del 8% y tenía un saldo en circulación de 200 millones de euros. La segunda, con 250 millones, se desembolsó el 19 de octubre de ese mismo año con un cupón del 8,25%. En ambos casos, su fecha de vencimiento era 2021. Pero la resolución del banco en junio de 2017 implicó que esos bonos se volatilizaran. También esos bonistas recibieron la compensación, si bien se les descontó el importe que habían recibido en intereses entre 2011 y 2017, que suponía alrededor del 40% de su inversión inicial.
Aceptación. La aceptación de los denominados bonos de fidelización, que se ofrecieron entre septiembre y diciembre de 2017, fue del 78% del importe ofertado, por un máximo de 981 millones. Es decir, se emitieron bonos por un nominal de 764 millones de euros.
Pero el tiempo ha demostrado que aceptar el trato ha sido fructífero. Cierto que ni mucho menos todos los accionistas han podido optar a la compensación. Solo los que compraron títulos del banco resuelto entre el 26 de mayo y el 21 de junio de 2016 –periodo de la ampliación de capital por 2.500 millones– y que las tuvieran depositadas al cierre del día 6 de junio de 2017 en Popular o Santander.
Además, había una gradación del porcentaje de recuperación en función del importe invertido. Si pusieron entre 100 y 100.000 euros, a los clientes se les dio en bonos –computados al 100% del nominal– el equivalente a todo su dinero. En este segmento está la inmensa mayoría de los pequeños inversores. La indemnización se reduce a partir de los 100.000 euros; desde esta cuantía y hasta 500.000 euros, recibieron bonos por el 75%; desde ese máximo y hasta un millón de euros el porcentaje bajó al 50%. A partir de un millón, no hubo compensación.
Así, para 250.000 euros, se aplicó el 100% por los primeros 100.000 euros y el 75% por los segundos 150.000 euros, con un total a compensar de 212.500 euros. En un principio, ese importe potencial se podía convertir en unos 166.000 euros de dinero contante y sonante (los bonos comenzaron a cotizar al 78% del nominal), cuando ahora se pueden vender por unos 202.000 euros, importe al que han de sumarse unos 4.300 euros en intereses. En total, más de 206.000 euros.
La opción de los bonistas es deshacerse de esa deuda, para lo que deben acudir a su oficina y solicitar que se los vendan en el mercado o quedársela ante una posible amortización en 2024. Si no es así, a partir de esa fecha el banco deberá pagar una rentabilidad equivalente al midswap a cinco años –tipo de interés libre de riesgo a ese plazo– más 594,7 puntos básicos (5,947%).