Las fábricas chinas se enfrentan a la inmovilidad de la mano de obra
Foxconn consigue permiso para reabrir una planta, pero el problema es que los trabajadores acudan
Los próximos iPhones pondrán a prueba la capacidad de China para reactivar su economía. El proveedor de Apple Foxconn, formalmente conocido como Industria de Precisión Hon Hai, va a reabrir una planta clave en China mientras las autoridades suavizan las restricciones. Pero el fabricante de teléfonos inteligentes y otras empresas se enfrentan a la escasez de mano de obra, puesto que los trabajadores tienen problemas para viajar por el temor al contagio del coronavirus. Es un recordatorio de la complejidad que tiene reactivar las cadenas de suministro.
Foxconn ha conseguido el permiso del Gobierno chino para reanudar las operaciones en su megainstalación de Zhengzhou, en el norte de China. La producción de la planta, que algunos analistas consideran que representa la mayor parte de los montajes del iPhone, lleva detenida más de dos semanas.
La compañía sigue en conversaciones con los dirigentes chinos para reiniciar otras dos grandes plantas, según Reuters. Una, en la ciudad sureña de Shenzhen, está enfocada en los nuevos modelos de iPhone programados para este año, según los medios locales.
Sin embargo, hay limitaciones prácticas. Apenas 16.000 trabajadores, menos del 10% de la fuerza de trabajo, regresaron a la fábrica de Zhengzhou este lunes, según una fuente cercana. Muchos empleados de las empresas chinas cruzaron el país para volver a sus pueblos de origen por las fiestas del Año Nuevo Lunar, que luego se extendió. Los cierres de las ciudades hacen difícil que la gente se mueva. Los analistas de Citi estiman que para el martes, solo el 30% de la fuerza laboral total de China podrá volver a trabajar.
Y eso no tiene en cuenta el inmenso desafío de prevenir nuevos casos de infección en las fábricas. La mayoría de las empresas pueden tener que hacer cumplir cuarentenas adicionales para las personas que regresan de las áreas afectadas por el virus, así como implementar controles de temperatura diarios. Foxconn incluso ha recurrido a la fabricación de sus propias mascarillas quirúrgicas –hasta dos millones al día– para sus cientos de miles de empleados.
Tras la tensión comercial entre China y Estados Unidos, la actual interrupción alimentará el debate sobre las ventajas de que las empresas permitan que las cadenas de suministro se consoliden demasiado en un solo país.
Sin embargo, la amenazante escasez de mano de obra en China es aún más pronunciada porque el brote del virus coincidió con las vacaciones. Las acciones de Foxconn han caído casi un 10% desde el comienzo del año, en comparación con una caída de menos del 4% en el índice de referencia de Taiwán.
Puede que los dirigentes chinos estén listos para la actividad, pero los inversores están descontando en los precios que la interrupción continúe.
Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías