Rentabilidad por dividendo frente a debilidad del negocio...¿Es momento de invertir en banca?
El refuerzo en el capital, la elevada rentabilidad por dividendo y las bajas valoraciones son los motivos de quienes optan por comprar
La banca española ya rindió cuentas del pasado ejercicio y ha dejado algunas señales esperanzadoras, pese a que el largo horizonte de tipos cero va a seguir prolongando la época de vacas flacas para su negocio. El sector ha logrado reforzar sus niveles de capital y ha profundizado la limpieza de su balance, con más provisiones pero también con mejores niveles de morosidad y cobertura. El negocio más básico, el de sacar margen de captar dinero y prestarlo, continúa débil y el sector se esfuerza en compensarlo con mayores ingresos por comisiones, lo que no basta sin embargo para mejorar la rentabilidad.
El balance de los resultados de la banca española es relativamente optimista, pero los bancos todavía tienen una larga tarea para ganarse el favor de los inversores. Las previsiones avanzadas para este año son discretas y en algunos casos –como sucedió con el derrumbe bursátil de Sabadell–, decepcionantes. Y ante la perspectiva de no poder ofrecer un despegue en los beneficios en el corto y medio plazo, la mejoría en los niveles de solvencia va a ser clave para mantener el principal reclamo del que ahora dispone la banca ante sus inversores, el dividendo.
El sector mantendrá su compromiso con la retribución al accionista pese a haber sufrido un descenso en los beneficios, ya sea por el aumento en las provisiones –como ha sido el caso de Bankia –o por saneamientos extraordinarios –de la filial británica y por costes de reestructuración en Santander, de la división estadounidense en BBVA y del ajuste de plantilla en CaixaBank–.
La banca española continúa por debajo de la media europea en términos de capital y no se puede permitir todavía un aumento en el dividendo, a diferencia de otras entidades europeas, en las que el regulador está abriendo la mano para una mejora en la retribución. Así, Unicredit acaba de anunciar un aumento del beneficio que destinará a dividendo y el noruego DNB elevará el volumen de su programa de recompra de acciones. Sin embargo, y a diferencia de meses atrás, en la banca española se han disipado los temores a un regreso generalizado a la retribución en acciones y a un deterioro en la política de dividendos.
“Pensamos que la gran parte de los dividendos en metálico son sostenibles”, señala Stefan Nedialkov, analista de bancos de Citi. Para Moody’s, “la generación orgánica de capital de los bancos españoles ha sido fuerte y los ha ayudado a alcanzar sus objetivos antes de tiempo, a pesar de los obstáculos regulatorios”.
Acciones con descuento, a excepción de Bankinter
Las cotizaciones continúan castigadas, con descuentos sobre valor en libros que oscilan entre el 40% de Santander –que no logra recuperar los 4 euros por acción perdidos en julio–; el 60% de Bankia –aún cerca de la zona de mínimos históricos– o el 30% de BBVA. Pero los actuales precios ofrecen una atractiva rentabilidad por dividendo, de acuerdo a los pagos previstos con cargo a 2019. Es del 6% para Santander, roza el 7% en Bankia y el 5% en BBVA y CaixaBank.
“Los beneficios de la banca española se mantendrán en niveles similares a los actuales en los próximos años. El sector es atractivo por valoración y la rentabilidad por dividendo es motivo suficiente para tomar posiciones”, explica Ricardo Cañete, director de inversiones de Bestinver, que añade como motivación añadida el margen de mejora en eficiencia de las entidades que han realizado ajustes recientes de plantilla, como Caixabank.
“La banca no es nuestra principal apuesta pero tener algún banco en cartera es razonable”, añade Cañete, que tiene posiciones en CaixaBank, Sabadell, Bankinter y Santander. En su decisión deja al margen posibles catalizadores para el sector, como las fusiones, o un alza de tipos, determinante para reanimar el negocio bancario pero que no se espera en el corto plazo.
“Los bancos españoles han estado muy castigados en Bolsa. Pensamos que los escenarios adversos ya están muy descontados y sí vemos ciertas oportunidades”, explica Jaime Martí, analista del sector bancario de Trea Asset Management. El experto se muestra “moderadamente optimista” sobre la banca española tras la publicación de resultados y valora los esfuerzos en reducción de activos problemáticos, al tiempo que se han mejorado los niveles de cobertura y también los ratios de capital. “La política de dividendos es correcta, está bastante ajustada, no esperaría cambios”, añade Martí, que tiene en cartera valores bancarios, de forma selectiva.
Los gestores encuentran aspectos positivos en los resultados presentados por la banca española, pero también hay quien sigue viendo la botella medio vacía. “Infraponderamos la banca española y sobreponderamos en cambio la europea, donde el entorno regulatorio es más suave para los bancos con mejores niveles de capital”, señalan desde una gestora especializada en Bolsa española. Y a menos exigencias regulatorias, más opciones para la mejora del dividendo.
La reducida rentabilidad en un entorno de tipos negativos es otro de los motivos por el que numerosos gestores ven un motivo, ya estructural, para no invertir en banca. Para que el negocio bancario resultara realmente rentable, debería alcanzar al menos el coste del capital, que los expertos sitúan entre el 8,5% y el 10%. Ese coste varía notablemente en función del nivel de solvencia de la entidad, sin que la rentabilidad que se exige a los cocos –el título de renta fija de más riesgo y más parecido a las acciones– pueda ser una referencia evidente.
“Los cocos cada vez están más protegidos, los ratios de capital mínimos han pasado del entorno del 10% al 12%”, explican fuentes financieras. Y en todo caso la rentabilidad sobre recursos propios (ROE) queda muy lejos de ese nivel teórico del coste de capital, con ejemplos como el 4,2% de Bankia o el 6,62% de Santander. “Los bancos españoles están por debajo de la media europea en términos de capital por sus mayores activos de riesgo. En su negocio doméstico son también menos rentables que la media europea. Los bancos italianos, por ejemplo, tienen más palancas que los españoles para mejorar su rentabilidad”, resume Stefan Nedialkov, de Citi.
El recurso de las fusiones
En el punto de mira de los inversores también están los posibles movimientos de fusión en banca española, aunque por ahora sea mayor el ruido que las nueces. “Las compras surgidas de la crisis no han creado valor, los bancos están escarmentados. Los posibles compradores no tienen interés y entre los vendedores no hay tampoco una situación de estrés, no hay apuros de capital o de financiación”, explican fuentes financieras.
A diferencia de los movimientos forzados de hace años, las posibles fusiones serían ahora entre entidades con mejores niveles de capital y un balance mucho más saneado y también con un potencial de sinergias mucho más limitado. Las fusiones, de haberlas, serían un posible catalizador bursátil, pero la posibilidad está por ahora aletargada en el mercado.