Invertir en el futuro apostando por megatendencias
Desde la biotecnología al cambio climático, podemos poner nuestro dinero a “trabajar” en las tendencias que cambiarán el mundo
¿Podemos ganar dinero y participar en los descubrimientos que contribuirán al avance del mundo? La respuesta es sí. La inversión en megatendencias ha ido ganando peso en el último lustro y hoy son una opción al alcance de la mayoría. Y nos ofrecen opciones que podrían parecer ciencia ficción, pero no lo son. El futuro, como dicen, ya está aquí.
Los siete temas en torno a los cuales se han organizado las conferencias y sesiones de los más de 800 ponentes que han acudido a finales de enero al encuentro anual del Foro Económico Mundial (WEF, siglas en inglés) de Davos han sido: el futuro de la salud, cómo salvar el planeta, el futuro del trabajo, economías justas, mejores negocios, más allá de la geopolítica y tecnología.
Básicamente, los siete pueden considerarse megatendencias, es decir, fuerzas o ideas globales que tienen un impacto importante en el mundo, contribuyendo a cambios significativos con implicaciones desde los individuos hasta las empresas, sociedades o instituciones.
Desde hace unos años, en el mundo financiero se está hablando de las inversiones en megatendencias y las opciones para aprovechar estas fuerzas que pueden cambiar el mundo, como lo hicieron la electricidad o internet, son múltiples, desde fondos indiciados hasta fondos de gestión activa, para invertir en una sola o en varias combinadas.
Tomando como ejemplo los siete temas de encuentro de Davos de este año, los avances en los campos de la robótica, la inteligencia artificial, la biotecnología, etc. se multiplican de forma exponencial y nos permiten pensar ya en esa medicina de precisión y personalizada como algo próximo. ¿Y si tu médico pudiera predecir cuándo es probable que te de un ataque al corazón (y, por tanto, tomar medidas antes de que ocurra)?
Tal y como explican en uno de los artículos del WEF, la inteligencia artificial permitirá en una década revelar patrones a través de enormes cantidades de datos que son o demasiado sutiles o complejos para que las personas puedan detectarlos y, por tanto, ofrecer una atención médica proactiva y predictiva, evitando, por ejemplo, colapsos en los sistemas de atención médica, anticipando el riesgo de una persona de desarrollar una enfermedad crónica y contribuyendo a mejorar los diagnósticos y a reducir los tiempos de espera.
La inteligencia artificial y el big data son dos de los pilares para el avance de la biotecnología, que es una de las megatendencias de la cuarta revolución industrial. ¿Curar la hemofilia u otras enfermedades hereditarias? ¿Curar la ceguera con unas gotas? Esto, que, como decíamos antes puede sonar a ciencia ficción es ya una realidad.
Por ejemplo, hace un par de años se aprobó en Estados Unidos una terapia génica para tratar un tipo concreto de ceguera congénita. Y se están investigando técnicas de ingeniería genética que permitan tratar desde la hemofilia (ya se han hecho ensayos para curar con una inyección intravenosa la hemofilia A, por ejemplo, en el Hospital Regional de Málaga, tal y como se publicó hace un año) hasta la enfermedad de Huntington.
Son unos ejemplos de cómo se puede invertir hoy en las grandes tendencias globales. Las opciones son múltiples, por lo que, como siempre aconsejamos, conviene hacer un análisis previo con detenimiento y dejarse aconsejar por un profesional experto antes de elegir cualquier fórmula de inversión.