Oportunidades financieras en un mundo de consumidores seniors
El incremento de la esperanza de vida está haciendo que surjan nuevas necesidades y emerjan nuevos sectores ¿Cómo va a ser el mundo cuando vivir 100 años sea lo normal?
Hoy, en nuestro país, el 19% de la población tiene 65 años o más; dentro de 15 años ese porcentaje será superior al 25% y, además, se va a ir incrementando con el paso de los años.
En cuestión de décadas, cumplir cien años va a dejar de ser algo extraordinario para pasar a convertirse en algo habitual. Desde el Instituto Nacional de Estadística señalan que en 2018 había 11.248 personas con 100 años o más y estiman que para el año 2033 el número de personas centenarias se elevará en un 312%. Un incremento que no es exclusivo de nuestro país.
Según datos de Naciones Unidas, la población con 80 años o más se va a triplicar en cuestión de décadas, hasta llegar a los 426 millones de personas en el año 2050. ¿Estamos preparados para vivir en una sociedad en la que primarán las personas de más edad?
Nuevas necesidades y más oportunidades
Un mundo envejecido va a tener diferentes necesidades y va a requerir nuevos servicios. La economía, inevitablemente, se va a transformar y se va a tener que adaptar a los gustos y a las demandas de los nuevos consumidores, que cada vez van a ser más mayores.
Van a cambiar los patrones de consumo y de gasto porque los mayores de 65 años no van a consumir como los jóvenes, y tampoco lo van a hacer como los jubilados de ahora. ¿El motivo? La longevidad no solo está haciendo que las personas cada vez vivan más años, sino que, además, está haciendo que cada vez lo hagan mejor. Gracias a los avances médicos y a las mejores condiciones de vida las personas cada vez llegan a la jubilación en mejor estado de salud y con más ganas de hacer cosas.
Todo ello va a obligar a las empresas a rediseñar sus planes y estrategias comerciales y orientarlas hacia esta nueva realidad en la que van a primar los consumidores seniors. Algo que también tendrán que tener en cuenta los gobiernos y las instituciones y, en general, toda la sociedad porque la longevidad, en términos económicos, es una oportunidad para la investigación médica y tecnológica, para impulsar nuevas industrias y sectores, crear más empleo y fomentar nuevos estilos de vida. Redefinir la economía y mirar hacia el futuro que viene es el primer paso para hacer de la longevidad una oportunidad en términos económicos.
Sectores al alza: de la medicina a la construcción
Al hablar de cómo van a ser los nuevos consumidores y qué van a demandar no solo hay que tener en mente que cada vez van a ser más activos, sino que van a tener un mayor poder adquisitivo que los jubilados de ahora. De hecho, desde Euromonitor ya advierten de que para el año que viene los ciudadanos de 60 años o más van a tener una capacidad de gasto de 15 billones de dólares. ¿Qué sectores se pueden aprovechar de esto?
“En el futuro, habrá más cambios a medida que la economía vaya respondiendo al aumento de la tecnología de la información, los rápidos avances de la robótica y en la inteligencia artificial, la creciente preocupación medioambiental y la repercusión del envejecimiento”, explican los autores de La Vida de 100 años. Vivir y trabajar en la era de la longevidad, Lynda Gratton y Andrew Scott, que sostienen que el panorama industrial se va a transformar.
Asimismo, en el libro recuerdan que, como la economía se adapta a la sociedad, hay algunos sectores que descienden drásticamente, como sucedió en Estados Unidos con el sector agrícola que en 1869 suponía cerca del 40% del PIB de Estados Unidos y en 2014 apenas representaba el 1%, y otros que crecen como la espuma, como el sector tecnológico, que va a tomar un papel relevante -ya lo están haciendo- para automatizar procesos, mejorar la asistencia y, en definitiva, modernizar todos los sectores. Y es que, si atendemos a cuáles son las mayores empresas a nivel mundial por capitalización bursátil vemos que los primeros puestos se los llevan las grandes compañías tecnológicas como Microsoft, Apple, Amazon y Alphabet, matriz de Google.
Nuevos hábitos de vida: nuevas demandas
Llegar a los 65 años con mejor salud que las generaciones anteriores tiene una consecuencia directa: los jubilados de mañana van a estar más activos, por lo que van a querer disfrutar más de su tiempo, lo que va a hacer que el concepto de ocio cambie por completo, abriendo la puerta a un nuevo abanico de opciones para las compañías que ofrecen servicios, viajes y experiencias de ocio.
Por otro lado, al vivir más años, la tasa de dependencia, inevitablemente, va a ir en aumento. Las enfermedades van a crecer y las personas con necesidad de cuidados especiales y asistencia sanitaria se van a incrementar, por lo que el sector de la salud va a ser uno de los que más recorrido va a tener en las próximas décadas y, además, no lo va a hacer solo. La investigación médica se va a desarrollar a gran velocidad, creando nuevas profesiones, al tiempo que otras industrias como la robótica, la medicina personalizada, la biotecnología, la biomedicina o la telemedicina van a generar más negocio.
Las empresas de infraestructuras y de construcción también tienen una oportunidad para crecer y mirar hacia nuevas oportunidades de mercado. El incremento de la esperanza de vida va a hacer que adaptar los entornos a las personas de más edad sea, prácticamente, una obligación. Los edificios y las viviendas deberán ser más accesibles y cómodos, al igual que las ciudades, que tendrán que volverse más inteligentes y eficientes y apostar por aceras más amplias, un mayor número de rampas y otro tipo de semáforos y de transporte público, entre otras cosas, para poder responder a las necesidades de las personas mayores.
El sector inmobiliario va a vivir una nueva vida. Llegar en mejores condiciones a la última etapa de la vida implica un cambio de mentalidad y de hábitos que ya se está materializando en cómo viven las personas de más edad, que están apostando por los espacios compartidos. Aunque esto es algo que prácticamente acaba de comenzar, el cohousing, vivir en viviendas colaborativas, es algo que parece que ha llegado para quedarse y que está creciendo a grandes pasos.
Esta nueva moda está haciendo que nos encontremos con las dos caras de la moneda, porque las residencias de la tercera edad también están en auge. No solo están creciendo en número, sino que están siendo el destino de muchos fondos de inversión y de capital riesgo que están viendo en el sector geriátrico y en los cuidados de los mayores una oportunidad para invertir.
Otra de las implicaciones de vivir cien años es que las jubilaciones van a ser más largas. Si la edad de jubilación permanece estática, vamos a pasar más de la tercera parte de nuestra vida como jubilados. Es decir, vamos a estar cobrando durante más tiempo la pensión pública de la Seguridad Social y al margen de las medidas que tomen los gobiernos en los próximos años, el cambio demográfico ya anticipa que habrá muchas menos personas trabajando para pagar las pensiones de los jubilados.
Este panorama va a hacer que tengamos que potenciar el ahorro privado para poder financiar esos años de más que vamos a vivir, por lo que los productos de inversión pensados para la jubilación y el largo plazo, como los planes de pensiones, y lo seguros de vida ahorro, como los PIAS, Unit Linked, los PPA o el plan de ahorro 5, entre otros, van a ganar más cuota de mercado.