El BCE da un motivo a los bancos para que se las arreglen ellos solos
Podría empezar a meter las narices en los modelos de negocio si la rentabilidad sigue siendo baja
El Banco Central Europeo está diciendo a los bancos que se ayuden a sí mismos. Los prestamistas europeos han forjado balances más fuertes pero no son muy rentables, según mostró ayer el regulador en la revisión de las 109 instituciones que supervisa. Los ejecutivos culpan a las bajos tipos de interés y a las estrictas normas de capital, pero estos factores no cambiarán a corto plazo. Si los bancos tardan mucho en reducir los costes o en fusionarse, se enfrentarán a un escrutinio aún más estricto.
El proceso de revisión y evaluación supervisora del banco central –que evalúa la capacidad de los bancos para manejar los riesgos– dio buenas notas a casi todos los prestamistas involucrados. Solo seis entidades no identificadas dejaron de cumplir con los requisitos de reservas de capital del Pilar 2 del BCE, que se suma a los requisitos mínimos obligatorios. Los préstamos incobrables, que alcanzaron un billón de euros en 2014, se han reducido a la mitad desde entonces.
Puesto que los balances están razonablemente en forma, la atención del regulador se desplazará a otro lugar. El supervisor jefe, Andrea Enria, citó el bajo nivel de rentabilidad de la industria como fuente de preocupación. El rendimiento medio de los fondos propios cayó al 5,8% en septiembre de 2019 desde el 6,9% de un año antes, según los datos trimestrales del BCE, muy por debajo del coste de capital estimado, el 10%. Estos míseros rendimientos ayudan a explicar las bajas valoraciones de muchos bancos europeos en los mercados de valores y les pone más difícil captar capital si lo necesitan.
Los consejeros delegados de los bancos son raudos en culpar a condiciones que escapan a su control, en particular los tipos de interés ultrabajos, que están apretando los márgenes de préstamo.
Sin embargo, no han hecho mucho para hacer frente a sus todavía considerables gastos generales. El promedio de la relación costes-ingresos de los bancos europeos era del 66% en 2018 y no se ha movido mucho desde entonces.
Los bancos tienen muchas maneras de recortar los gastos. Podrían modernizar sus anticuados sistemas de tecnologías de la información y acelerar el cambio a los servicios digitales.
También podrían hacer más estrictos los controles internos para evitar las multas por conductas inapropiadas. Pero probablemente la mejor manera de mejorar los rendimientos es fusionarse y luego recortar en redes de sucursales y departamentos centrales.
Los bancos han evitado en su mayoría las fusiones en medio del temor a que el BCE estableciera un límite de capital demasiado alto para los bancos más grandes. Enria prometió ayer disipar tales preocupaciones. Sin embargo, también dijo que el BCE podría empezar a meter las narices en los modelos de negocio de los bancos si la rentabilidad sigue siendo baja. Si eso no anima a los ejecutivos a actuar, es difícil saber qué lo hará.
Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías