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El mercado festeja el plan fiscal del peronismo en Argentina

La Bolsa y los bonos soberanos se disparan con el nuevo Ejecutivo

Respuesta del mercado argentino al ajuste del Gobierno

Antes estaban aterrados, pero ahora festejan. Los mercados celebran, sin disimulo, el primer mes del peronismo al frente del Gobierno en Argentina. La Bolsa de Buenos Aires se dispara cerca de un 17% desde que Alberto Fernández asumió su cargo como presidente el pasado 10 de diciembre y el bono más negociado, el Bonar 2024, eleva su precio más de un 26%. Standard & Poor's elevó la nota de Argentina, que se encontraba en "default selectivo", al tiempo que la prima de riesgo se ubica en torno a los 1.800 puntos. A pesar de ser muy alta, está en el nivel más bajo desde el pasado agosto.

La razón se encuentra en las primeras medidas que implementó Fernández, principalmente el plan fiscal, materializado a través de la "Ley de solidaridad social y reactivación productiva" aprobada por el Congreso a finales de 2019. No son pocos los economistas vinculados al anterior Gobierno, de tintes liberales de Mauricio Macri, que valoran la reacción del mercado y la "moderación" del plan de Fernández, que no apunta contra el gran capital.

La nueva normativa baja los tributos a las empresas petroleras y mineras hasta el 8% desde el 12% actual, aumenta los impuestos al sector agropecuario hasta un tope del 33%, pero no a la banca (Santander y BBVA pueden respirar aliviados) y suspende por seis meses el cálculo por el que se actualizan las pensiones (Argentina tiene una inflación interanual del 52,1%). Además, el Gobierno postergó cualquier incremento de las pensiones, con la excepción de los montos mínimos, al menos, hasta marzo. La importancia de esta medida reside en que los fondos destinados a la seguridad social suponen el 61,9% del gasto público del presupuesto aprobado para este año, y el pago de las jubilaciones concentra buena parte del desembolso

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El Gobierno, aunque reconoció que no puede pagar la deuda en los actuales términos, reafirmó su intención de abonarla a través de una renegociación acordada. Y el plan fiscal apunta, justamente, a seducir a los tenedores de bonos y al Fondo Monetario Internacional (FMI), pero sin descuidar a los sectores más vulnerables.

La nueva normativa salió adelante prácticamente sin resistencia. Los sindicatos, de los más poderosos de América Latina, no solo apoyaron en bloque la medida, sino que también respaldan al Gobierno. Fernández estableció, por el plazo de seis meses, la doble indemnización en caso de nuevos despidos; congeló cualquier incremento de las tarifas de electricidad, agua, transporte y otorgó dos pagas extra por 5.000 pesos (75 euros) a los jubilados que cobran la mínima (alrededor del 50% del total) y una paga extra a beneficiarios de ayudas sociales por 2.000 pesos (30 euros).

"Buena parte de los empresarios nacionales preferían un triunfo de Fernández antes que la reelección de Macri", apuntaba hace unas semanas Carlos Malamud, catedrático de historia de América e investigador del Instituto Elcano a CincoDías. Y Fernández retribuyó el apoyo con una amplia moratoria para todo tipo de deuda de las Pymes, el sector que genera más del 70% del empleo en Argentina. Las deudas de las empresas podrán ser abonadas hasta en 120 cuotas.

El presidente, de momento, intenta contentar a (casi) todos. Pero resta por ver si este plan será el inicio de la resolución de todas las asignaturas pendientes de la economía Argentina, como la recesión económica, la alta inflación y el pago de la deuda, según valora Malamud. O si alguna pieza se trastoca y, con ello, la frágil estabilidad que consiguió en su llegada al poder.

La demora del pago de la deuda no alarma a los inversores

El Gobierno anunció antes de Navidad de manera unilateral que retrasará pagos de la deuda por 8.200 millones de euros hasta el 31 de agosto. Se trata de la segunda vez en los últimos cinco meses que el Gobierno pospone el pago, la anterior había sido con Mauricio Macri al frente del Ejecutivo.

Moody's anunció que no iba a bajar la calificación y que la decisión no "cambia significativamente las pérdidas que los bonistas esperaban". Analistas de mercado consultados por Bloomberg tampoco consideraron que se trate de una pésima noticia. En total, la deuda del país sudamericano asciende a unos 300.000 millones de euros, de los cuales 133.000 millones pertenecen a bonistas privados.

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