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TUI tirará de RIU para darle la vuelta a su modelo de negocio

Hoteles y cruceros serán los negocios principales en el futuro. Uno de cada cuatro establecimientos está en manos de la cadena balear.

Líneas de negocio de TUI

El turoperador alemán TUI acelera su plan de transformación para evitar que la crisis de los Boeing 737 Max deteriore aún más su cuenta de resultados. La prohibición de que estos aparatos vuelen desde marzo le ha costado 130 millones en el último ejercicio fiscal (septiembre de 2019 a septiembre de 2020) y si persiste en 2020, las pérdidas podrían acrecentarse a 400 millones. En la carta enviada a los accionistas, incluida en la última presentación de resultados, el consejero delegado de TUI, Friedich Joussen, recordó que “la estrategia de cambio pasa por convertirse de un turoperador tradicional a un proveedor de servicios integrado, con su propia cadena de hoteles, de cruceros y una división de actividades en destino”.

Una estrategia que, según Joussen, se basará en dos pilares que serán la columna vertebral del nuevo grupo: hoteles y cruceros. En la presentación de resultados, el turoperador remarcaba que a 30 de septiembre de 2019 contaba con 411 establecimientos y una flota de 18 cruceros. Unos activos que se quieren potenciar con la culminación de la transformación digital. “Hemos lanzando la segunda fase de la digitalización. Nuestros 28 millones de clientes en 100 países forman la base para escribir el siguiente capítulo de la historia de la compañía”. De hecho, Joussen acudirá a Madrid el día 21 al X Foro Exceltur para presentar esa estrategia bajo el título La tecnología y el bigdata como centro del modelo de negocio de TUI.

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Este objetivo, sin embargo, choca con el importante peso que la división aérea tiene aún en la facturación, pero no así en el beneficio. En el último ejercicio fiscal, TUI facturó cerca de 19.000 millones de euros, de los que 15.990 millones (un 84,4% del total) correspondieron a la división ligada a las aerolíneas. Respecto al beneficio, ese segmento, fuertemente castigado por la crisis de los 737 MAX, tan solo representó un 14,7% del total. Dicho de otra manera, que la división de aerolíneas factura mucho, pero deja muy poco beneficio. En esa supuesta contradicción juega un papel fundamental el incremento de costes derivados del alza del petróleo y la sobrecapacidad que tira hacia debajo de los precios. En el otro lado, hoteles y cruceros facturan muy poco, pero dejan mucho beneficio.

Y el ejemplo más claro se produjo en la división hotelera (donde se integran los 99 establecimientos de la balear RIU), en la que los 660 millones de facturación supusieron el 3,4% del total, pero los 451 millones de beneficios equivalieron al 50,5% del resultado. También la división de cruceros deja mayores márgenes, comparando su cifra de negocio (966 millones, un 5,1% del total) con la de su beneficio (366 millones, un 40,9% del total).

Crónica de un deterioro anunciado

Ola de calor. El beneficio de TUI se desplomó un 7,4% en el tercer trimestre de 2018. La compañía lo achacó a la ola de calor en el centro y norte de Europa en pleno verano, que provocó que miles de alemanes y nórdicos optarán por quedarse en sus países de residencia. “Una ola de calor en esos países significa que menos personas vuelan al sur en busca de sol. A las empresas turísticas que trabajamos con esos mercados no nos gusta cuando hace calor. Los turistas solo quieren ir de vacaciones cuando llueve”, reconoció Joussen.

Rentabilidad. El trasvase de turistas británicos y alemanes desde España a otros destinos más baratos como Turquía, Egipto y Túnez también afectó a las cuentas de TUI, ya que el margen que se lleva por cada viaje en el caso de España es sensiblemente superior.

Venta online. TUI también se ha visto afectada por el deterioro del modelo tradicional de turoperación, que ha perdido mucha cuota de mercado en favor de la venta por internet. El principal damnificado por esa tendencia fue el turoperador británico Thomas Cook, que presentó suspensión de pagos a finales del pasado mes de septiembre.

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