La desgracia de Boeing ayuda más a los clientes de Airbus que a este
El europeo ya tiene sus fábricas a pleno rendimiento
Las pérdidas de Boeing no son necesariamente ganancias para Airbus, pero podrían beneficiar a sus clientes. La suspensión el lunes de la producción del 737 MAX del gigante aeroespacial estadounidense sugiere que el turbulento avión de pasajeros regresará a los cielos más tarde que pronto. El retraso adicional traerá consigo ganancias y pérdidas.
Ningún 737 MAX volará hasta que la Administración Federal de Aviación (FAA, por sus siglas en inglés) estadounidense certifique que es apto para ello. La suspensión indefinida de la producción equivale a admitir que el regulador, cuya reputación se vio gravemente empañada por dos accidentes mortales que causaron 346 muertes, no tiene prisa. Las acciones de Boeing cayeron un 4,29% el lunes. Desde el 10 de marzo, fecha del segundo accidente, las acciones han perdido un 23%, o 54.000 millones de dólares, de su valor de mercado.
Los accionistas de Boeing han salido perdido claramente, pero los titulares de acciones de su rival europeo Airbus no son obvios ganadores. Dado que sus fábricas ya están a pleno rendimiento, no puede sacar mucho beneficio de los retrasos en la producción de Boeing. Tendrá que esperar ocho años para producir la actual cartera de 6.193 pedidos de los A320 de pasillo único, aunque Guillaume Faury, el nuevo consejero delegado, consiga aumentar la tasa de producción mensual de los 55 actuales a los 63 previstos. Las acciones de Airbus ganaron ayer un 1,86%.
Para las aerolíneas, que haya menos aviones 737 MAX en el aire cambiará la situación competitiva. Ryanair, la compañía de bajo coste líder en Europa, dispondrá de menos aviones en el aire de los que esperaba. Hace un año, la compañía con sede en Irlanda esperaba añadir 60 jets MAX a su flota para principios de 2020. Suponiendo 200 asientos por avión y cinco vuelos diarios, esto supone una pérdida de 1,8 millones de asientos al mes, casi el 15% de los pasajeros de Ryanair en junio.
La pérdida de Ryanair asciende al 3% del tráfico europeo de pasajeros de corta distancia, si no se tiene en cuenta la posibilidad de mantener los aviones viejos volando un poco más de tiempo. Es básicamente una buena noticia para la industria de las aerolíneas, porque habrá menos oferta para satisfacer la demanda, la receta clásica para que los precios estén más altos y para la rentabilidad.
Irónicamente, la propia Ryanair se llevará parte de esa recompensa. Compañías que vuelan mucho con Airbus, como Easyjet y Wizz Air, están aún más bonitos.
Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías