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La OCDE rebaja la previsión del PIB para España y advierte del estancamiento del paro

El organismo estima que el desempleo no bajará del 14% hasta 2021 pese a la recuperación

Perspectivas OCDE
Belén Trincado / Cinco Días

Al contrario que hace seis meses, España no ha escapado esta vez a las revisiones a la baja de crecimiento de la OCDE. En su informe semestral sobre Previsiones Económicas publicado este jueves, el organismo –que agrupa a las 36 mayores economías del mundo– esboza un panorama más sombrío para España del que planteó el pasado mayo: estima que el PIB avanzará al 2% este año y al 1,6% el que viene, dos y tres décimas menos, respectivamente, que en su último informe, si bien seguirá teniendo un mejor desempeño que sus principales socios europeos. El consumo privado, principal motor de la economía española, se moderará significativamente respecto al año pasado por la mayor incertidumbre y la escasa reducción del paro, que será mucho menos profunda de lo esperado y no descenderá del 14% hasta dentro de dos años.

Con todo, el organismo con sede en París prevé que la inversión será menos dinámica que en los últimos años y que el comercio exterior tendrá un saldo negativo este año y será prácticamente neutro el que viene. Por ello, advierte del importante riesgo a la baja que podría tener una contracción más fuerte de lo previsto en Europa, principal socio comercial y destinatario de las exportaciones españolas. Además, pide aumentar la productividad a través de la formación y de la innovación para sostener el crecimiento potencial y reducir las desigualdades, y llama a seguir haciendo esfuerzos para recortar el déficit y una elevada deuda pública, que no bajará del 96% del PIB por lo menos hasta 2022.

Consumo ligado a un empleo que pierde fuelle

La demanda interna seguirá tirando de la economía española, pero de forma bastante más moderada que en los últimos años de recuperación. Para este 2019, la OCDE calcula que el consumo privado se incrementará un 1,8%, cuatro décimas menos de lo proyectado en mayo y muy lejos del repunte del 2,7% del año pasado. Para 2020, estima que la demanda nacional progresará al 2,2%, una décima más de lo estimado hace seis meses, gracias al gasto de los hogares y a la inversión.

No obstante, avisa de que el consumo podría debilitarse si la creación de empleo se ralentiza más de lo previsto y la incertidumbre política persiste. De hecho, calcula que la inversión residencial se desacelerará y que el ahorro de las familias aumentará progresivamente en los próximos años, del 2,3% de su renta disponible este año, al 2,6% el que viene y al 3% el siguiente.

Reducción del desempleo casi nula

El mercado laboral es uno de los ámbitos que sale peor parado en la revisión de la OCDE. Si bien el organismo dirigido por Angel Gurría estima que el empleo seguirá creciendo a un ritmo lento del 2%, empeora significativamente sus perspectivas de reducción del paro, al considerar que se situará en el 14,2% este año (cuatro décimas más de lo calculado en mayo), y prácticamente se estancará el año que viene, progresando tan solo una décima, hasta el 14,1%, cuando hace seis meses esperaba que para entonces hubiera caído al 12,7%.

Incertidumbre que afecta a la disciplina fiscal

Tras meses de interinidad, la OCDE también ha avisado de que la "incertidumbre política genera ambigüedad sobre la futura posición fiscal", si bien prevé que el impacto sobre las cuentas públicas sea "neutro" en los dos próximos años, ya que cuenta con que el mayor gasto público se financiará vía subidas de impuestos. 

Aún así, recuerda que las mejoras recientes en las finanzas públicas han sido posibles gracias a un contexto macroeconómico favorable, por lo que considera "clave" que el Gobierno haga "mayores esfuerzos para reducir los desequilibrios presupuestarios y rebajar de forma duradera la elevada deuda", que se situará todavía en el 96,6% del PIB este año y en el 96,4% el que viene, una y siete décimas más de lo previsto en mayo. En 2021 aún estará, calcula, en el 96,2%, por lo que habría que esperar hasta 2022 para bajar del 96%.

Respecto al déficit, prevé que este año cierre en el 2,2% y el que viene en el 1,8%, también dos y cinco décimas más que en las últimas previsiones. En ese sentido, insiste en que el margen fiscal se agota y que los elevados niveles de endeudamiento público corren el "riesgo de socavar la sostenibilidad de la deuda futura y el margen de acción para combatir una próxima recesión"

Productividad para sostener la economía

Con el objetivo de potenciar el crecimiento y de reducir las desigualdades, el organismo vuelve a insistir en la necesidad de que las empresas ganen productividad siendo más competitivas y apostando por la innovación, y de que la formación, especialmente en conocimientos digitales, mejore entre los trabajadores más vulnerables para reducir su exposición al riesgo de automatización.  

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