Funcas descarta una burbuja inmobiliaria pero prevé ajustes en las grandes urbes
Cree que el sector está a las puertas de un fin de ciclo y que los precios se elevarán un 2,5% el año que viene y se estancarán en 2021
Después de que en 2018 el mercado inmobiliario batiera récords, este 2019 ha venido marcado por una notable moderación del crecimiento tanto en los precios como en las transacciones. Y si bien el panel de la Fundación de las Cajas de Ahorros (Funcas) considera que el sector se encuentra “a las puertas de un fin de ciclo”, descarta que se produzca un pinchazo, ya que no se dan las condiciones de burbuja y grandes desequilibrios del ciclo inmobiliario anterior. No obstante, este panel de expertos –que reúne a una veintena de servicios de estudios del mundo empresarial y académico–, sí prevé que se puedan producir ajustes de precios en las grandes ciudades y zonas costeras y advierte, además, de una “inflación importante” en la vivienda de alquiler.
“En la actual fase de desaceleración de la economía española, cabe esperar una moderación del crecimiento de los precios de la vivienda en los próximos años”, sostiene Funcas en un artículo publicado este miércoles, en el que prevé que la vivienda se encarezca un 2,5% el año que viene y se estanque en 2021, tras cuatro años de fuertes repuntes.
A pesar de entrar en una fase de moderación, el panel de expertos descarta un “hundimiento” del mercado como el que se produjo entre 2008 y 2015, ya que considera que “la situación no es equiparable” al estallido de la burbuja inmobiliaria de hace una década . “Los desequilibrios son significativamente menores que en el inicio de la anterior crisis y, por tanto, el impacto económico del ajuste, sería también inferior”, sostiene.
Así, señala que los precios se sitúan casi un 20% por debajo a los máximos precrisis y que el esfuerzo de los hogares alcanza el 33% de su renta disponible, cuando en 2008 superaba el 50%. Además, añade que la producción de vivienda se acerca a la demanda tendencial, que el peso del sector es del 11,8% del PIB, la mitad que en el boom, y que tampoco existe la burbuja de crédito hipotecario de antaño, por el endurecimiento de las condiciones de acceso a la financiación.
Por último, destaca que incluso si se diera un escenario "estresado" con una “sobrerreacción del mercado”, con una caída de precios del 8%, algo que considera poco probable, las consecuencias para la economía serían “limitadas”.