La cartera de Trabajo, el último eslabón que frustró un acuerdo PSOE-Podemos en julio
Las dos formaciones discrepaban sobre las competencias de ministerios como Hacienda o Vivienda
La negociación de un gobierno de coalición del PSOE y Unidas Podemos tras el 28-A fracasó definitivamente a finales de julio por un desacuerdo en las competencias de Trabajo. Uno de los pocos puntos en los que hubo entendimiento entre las formaciones fue en la vicepresidencia social para Irene Montero. Sin embargo, el desacuerdo en las competencias de distintas carteras frustró un pacto.
La formación de Iglesias pidió en un documento al PSOE cinco ministerios, entre los que se encontraban Hacienda, Transición Ecológica y Trabajo. Los socialistas llegaron a decir: "Nos han pedido hasta la Airef [Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal]". Fuentes de la negociación aseguraron en su día a EL PAÍS que, con el paso de los días, Unidas Podemos aflojó: estaba dispuesto a renunciar a Hacienda. La batalla se trasladaba a Trabajo y a Transición Ecológica.
La formación de Iglesias reclamó que los ministerios que le ofrecía el PSOE estaban vacíos: no tenían competencias. En el caso de Vivienda, según el partido morado, no iba a tener la capacidad para intervenir en el precio del alquiler, ya que la regulación dependería del ministro de Fomento, José Luis Ábalos. Además, la vicepresidencia de Irene Montero, según los de Iglesias, carecía de competencias en Igualdad -en manos de la vicepresidenta, Carmen Calvo-, mientras que Juventud tampoco tenía mucho contenido.
Para vencer las reticencias de Unidas Podemos, Sánchez fue modelando la propuesta inicial. El PSOE fue añadiendo Sanidad, Cultura, Agricultura, Ciencia y Universidades, Turismo, Deportes. Ministerios que ofreció uno a uno hasta modelar una propuesta de cuatro con la vicepresidencia. Pero nunca cuatro de los ministerios de los que existían en la pasada legislatura, sino sumas de direcciones generales.
El viernes 19 de julio, Pablo Iglesias le comunicó a Pedro Sánchez que se echaba a un lado, como demandaba el PSOE, y aceptaba no formar parte del Gobierno. A cambio, Iglesias puso como condición que no hubiese más vetos en la negociación.
Una negociación que giraba en círculos en torno a Trabajo -sin Seguridad Social- y Transición Ecológica. Podemos afirmó ante los medios de comunicación que los negociadores socialistas le llegaron a decir: "No podéis tener Trabajo, sois inquietantes para la CEOE". El PSOE lo refutó y aseguró que negaban Trabajo a Podemos por dos razones. La primera, que Podemos no votó el último acuerdo del Pacto de Toledo. La segunda, que la formación morada tenía una visión demasiado intervencionista en la negociación colectiva, clave del ministerio. Los socialistas negaron la entrega de la cartera de Transición Ecológica por el perfil idóneo de la ministra Teresa Ribera, "la mejor en su sector".
La última oferta de Unidas Podemos la realizó Pablo Iglesias desde la tribuna del Congreso minutos antes de la segunda investidura fallida. Desde allí, dijo que aceptaría la oferta de Sánchez si les transferían las políticas activas de empleo. Iglesias afirmó después que fue el expresidente del Gobierno, el socialista José Luis Rodríguez Zapatero, quien le aconsejó a la hora de hacer esa oferta. En septiembre el Gobierno anunció la convocatoria de elecciones generales, pero fuentes de ambos partidos aseguraron en su momento que a finales de julio, los puentes ya estaban rotos.
El PSOE solo tuvo en julio el apoyo de su grupo y del PRC
El 25 de julio el Congreso de los Diputados votó en contra de la investidura de Pedro Sánchez como presidente del Gobierno. Horas antes, PSOE y Podemos dieron por rotas las negociaciones. Hubo 155 en contra de Sánchez, frente a 124 a favor y 67 abstenciones.Entre quienes apoyaron al presidente, los 123 votos socialistas y el del diputado del Partido Regionalista de Cantabria (PRC). PP, Ciudadanos, Vox, Junts per Catalunya, Navarra Suma y Coalición Canaria sumaron sus noes y se abstuvieron Unidas Podemos, ERC, PNV, Bildu y Compromís.