Una fusión ayudaría a Renault a frenar el diluvio
Es imprescindible para detener la sangría de beneficios, ante la caída de la demanda
Después de mí, el diluvio”. La frase apócrifa atribuida al rey Luis XV de Francia bien podría haber sido pronunciada por el recientemente defenestrado consejero delegado de Renault. El jueves por la tarde, el fabricante de automóviles francés de 14.000 millones de euros anunció un profit warning apenas una semana después de la repentina salida de Thierry Bolloré. Frente al debilitamiento de la demanda, el ahorro de costes derivado de una fusión con Nissan Motor o Fiat Chrysler Automobiles ayudaría a mitigar el rápido encogimiento de los beneficios.
La consejera delegada interina, Clotilde Delbos, tiene dos problemas. Una es la caída de las ventas: se espera que los ingresos de todo el año sean un 3%-4% más bajos que el año pasado, en lugar de quedar simplemente planos. El otro es el empeoramiento de la rentabilidad: el fabricante de automóviles redujo su margen de explotación previsto en un punto porcentual, hasta el 5%, debido a los mayores costes de desarrollo y compliance.
El resultado combinado es una reducción de una quinta parte del beneficio operativo implícito de 2019, hasta 2.700 millones de euros, según nuestros cálculos utilizando datos de Refinitiv. En buena medida, Delbos agregó que es posible que Renault no genere ningún flujo de caja libre este año. Por lo tanto, es posible que los accionistas tengan que soportar un fuerte recorte de dividendos.
Hasta ahora todo es bastante terrible, aunque se puede decir que la empresa no puede hacer mucho por contrarrestar el ralentizamiento de la economía global. La menor demanda de automóviles, especialmente en Europa, fue también la razón por la que las acciones de su rival Peugeot han empezado la jornada cayendo un 3%.
El incremento de los gastos es un problema mayor. Delbos atribuye el aumento de los costes a la regulación, léase las normas sobre emisiones de CO2 de la Unión Europea que deben entrar en vigor el año que viene. Los analistas de Deutsche Bank estiman que el gasto adicional asciende a 400 millones de euros este año. Dada la necesidad de motores más limpios, es poco probable que estos costes disminuyan pronto. A menos que Delbos pueda transferirlos con éxito a unos consumidores europeos que se están ajustando el cinturón, el ya inestable margen operativo de Renault es vulnerable a un mayor colapso. Suponiendo que se mantenga constante desde el semestre, el margen de su rival Peugeot será casi cuatro puntos porcentuales superior.
Esto hace que las sinergias que ofrece la fusión con su socio Nissan o con su rival Fiat sean imprescindibles para detener la sangría de beneficios. El valor actual estimado de los ahorros de una fusión con FCA asciende a unos 33.000 millones de euros, según nuestros cálculos, muy por encima de las actuales capitalizaciones bursátiles de ambas empresas. El descenso del 12% en el precio de las acciones de esta mañana sugiere que los inversores son escépticos respecto a que Renault coja por los cuernos el toro de las fusiones. Si no lo hace, podría haber un diluvio peor.
Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías