El negocio de agua de Nestlé se encoge de hombros en lo ambiental
La contaminación de las botellas plantea si es prudente expandirse en este negocio
El negocio de agua de Nestlé está defraudando a los suyos. El proveedor de Perrier y Poland Spring tuvo un crecimiento orgánico de las ventas de solo un 0,5% en los primeros nueve meses del año, mientras que los ingresos de la matriz crecieron un 3,7%. La creciente conciencia del impacto ambiental del agua embotellada plantea la cuestión de si es prudente expandirse en este negocio.
Greenpeace calcula que las empresas de bebidas producen cada año más de 500.000 millones de botellas de plástico de un solo uso, muchas de las cuales terminan contaminando océanos y ríos. Sin embargo, la demanda de agua embotellada sigue creciendo: Research and Markets predice que el mercado mundial crecerá un 8,5% medio anual entre 2018 y 2023. La tibia expansión de Nestlé sugiere una incapacidad para adaptarse a los cambios en los gustos de los consumidores.
A pesar de las preocupaciones medioambientales y de su propio bajo rendimiento, Nestlé insiste en que el negocio de agua, que generó el 9% de los ingresos globales en los primeros nueve meses del año, sigue siendo fundamental para su estrategia de centrarse en salud, nutrición y bienestar. Ayer anunció un plan para dividir la unidad en tres regiones. La idea es que la gestión local está mejor situada para identificar oportunidades de crecimiento, centrándose probablemente en botellas más caras. Por ejemplo, las ventas de agua en Norteamérica se mantuvieron planas en términos orgánicos, pero marcas prémium como San Pellegrino y Acqua Panna crecieron a tasas de dos dígitos. La reorganización también podría hacer más fácil desprenderse de marcas con bajo rendimiento.
El negocio de agua es demasiado pequeño para debilitar el global. Nestlé ha generado un rendimiento para los accionistas del 36% en el año, superando cómodamente al 16% de Unilever. Pero es importante cómo manejará la reorganización. La preocupación de los inversores es que permita a la compañía reducir los datos financieros que ofrece cada trimestre. Cualquier dilución de la transparencia llevaría a un menor escrutinio, tanto por parte de los inversores como de los ambientalistas.
Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías