La banca española concentra el 25% del ajuste de plantilla de la zona euro
En el último año los ajustes en España se han equiparado a la media europea, aunque Francia y Austria solo han realizado recortes del 10% de su plantilla
Los negativos tipos de interés que van a predominar en la economía europea durante varios ejercicios están provocando que las entidades financieras españolas se vuelvan a plantear sus estrategias y acelerar sus planes de reestructuración, como ya reconoció recientemente CaixaBank ante los analistas. Incluso que vuelvan a estudiar fusiones y venta de activos que habían guardado en un cajón en el último ejercicio, caso de Banco Sabadell.
De momento, los principales bancos europeos ya mostraron su disconformidad con la política del Banco Central Europeo, de mantener los tipos de interés en situación negativa. CaixaBank, por ejemplo, ha acelerado el cierre de oficinas previstas en dos año. Concluirá este año su clausura. Ibercaja ha suspendido su salida a Bolsa, prevista para este año, y previsiblemente tampoco lo hará el próximo año. Bankia, por ejemplo, ha rebajado sus previsiones de ganar 1.300 millones de euros al final de su plan estratégico 2018-2020.
El banco público ha actualizado sus previsiones de euríbor. En estas, el índice hipotecario no consigue subir por encima del -0,3%. Esto provoca que su margen financiero se vea seriamente dañado. El banco de capital público ha actualizado sus previsiones de euríbor. En estas, el índice hipotecario no consigue subir del -0,3%. Esto provoca que su margen financiero se vea seriamente dañado.
Aunque hay algunos bancos de inversión que consideran positivas las medidas de Mario Draghi, como Barclays. Este banco de inversión mantiene que los inversores consideran demasiado pronto evaluar las últimas medidas del BCE, “aunque la primera impresión es que son positivas para la banca”.
Algunos inversores consideran que el ajuste a corto plazo del euríbor se explica “por los ajustes de las tenencias de tesorería de los bancos tras el anuncio de la jerarquización”.
Los bancos europeos ya han sufrido en la última década un cambio radical en su estructura, tras la crisis financiera, aunque queda margen para seguir recudiendo costes con el recorte de oficinas y de plantilla.
Los últimos datos del Banco Central Europeo correspondientes al cierre de 2018, ponen de manifiesto que en la última década se cerraron 51.000 oficinas en las entidades de la zona euro y se produjo la salida de 383.000 empleados.
España ha concentrado el 39% del ajuste con el cierre de casi 20.000 sucursales entre 2008 y 2018, más que ningún otro país del euro. De esta forma, quedaban al cierre del pasado ejercicio 26.000 sucursales, por debajo de Alemania y Francia, que registran 28.000 y 36.000, respectivamente.
Junto con España, otros países como Holanda, Grecia, y los países nórdicos (Dinamarca, Finlandia) han reducido de forma intensa su red de oficinas en el periodo analizado (a un ritmo superior al 40%), mientras que Francia y, en menor medida Austria, apenas ha realizado algún ajuste.
Pero la banca española sigue inmersa en este proceso de cierres. De hecho, este mismo año Santander finalizará el ejercicio con 1.150 sucursales menos, mientras que CaixaBank pasará de las 4.219 que tenía a comienzos de 2019 hasta las 3.640. Solo sin tener en cuenta estos recortes en el primer semestre la banca ha prescindido 603 oficinas.
En cuanto a la reducción de empleo, España ha concentrado un 25% del ajuste, con una reducción de 97.000 empleados en los últimos 10 años, pasando de un total de 275.000 empleados en 2008 a 179.000 en 2018. Como en el caso de las oficinas, estas salidas siguen. De hecho, en noviembre habrán salido de Santander 3.223 empleados este año, cifra que pasa a ser de 2.023 en el caso de CaixaBank. Expertos financieros aseguran que en el caso de Santander, se podrían producir otros ajustes de unos 7.000 empleados más en los próximos años.
En términos relativos, España se sitúa entre los países que han realizado un mayor ajuste del empleo (-35%), solo superado por Grecia (-41%) y Holanda (-38%). En el lado contrario, destacan de nuevo Francia y Austria, con ajustes inferiores al 10%.
Si se analiza el ajuste de capacidad realizado en el último año, se observa una mayor convergencia de España con el promedio europeo, con reducciones del ritmo del -4,8% y -2% en oficinas y empleados, respectivamente, similares a la media de los países europeos.
Portugal es el país que registra el mayor ajuste en oficinas en el último año (-16%), por los procesos de reestructuración que ha habido en el último año en este país, mientras que Alemania ha intensificado los recortes y Francia y Austria continúan sin realizar ajustes de capacidad. En un escenario prolongado de bajos tipos de interés, e incluso negativos como el actual, el ajuste de capacidad y la digitalización son claves para reducir costes y elevar la rentabilidad, explican todos los expertos financieros, incluido el propio sector.
En este contexto, la tendencia predominante en Europa sigue siendo cerrar oficinas y aumentar su tamaño ofreciendo asesoramiento y comercializando productos de inversión, que permiten incrementar los ingresos recurrentes vía comisiones.
Hasta su producto estrella, la hipoteca, ha dejado de ser tan rentable como en el pasado, y las entidades financieras buscan ahora fórmulas para hacerlas más rentables. La banca, además, está modificando su política de comisiones para subirla en algunos servicios, incluir otras que no existían, o incluso endurecerlas en función de la baja vinculación del cliente.
Resultados de la banca española en el semestre
Bien en liquidez y capital. El último informe de Álvarez & Marsal, en el que se analizan los resultados de la banca española del primer semestre, concluye que las entidades españolas están bien posicionados respecto a liquidez y capital, pero se quedan atrás en lo que a la rentabilidad y eficiencia de sus balances se refiere. Abanca, Bankinter Sabadell y BBVA se mantienen en los primeros puestos del ranking de A&M durante el segundo trimestre de 2019. Mientras que CaixaBank, BCC (Banco de Crédito Cooperativo) e Ibercaja, ocuparon los puestos más bajos.
Puntuación. Solo dos bancos, de entre las 12 principales entidades, mejoraron trimestralmente su puntuación global impulsada por la rentabilidad, el riesgo y la eficiencia, mientras que otras tres entidades empeoraron su puntua-ción, y el resto de los bancos analizados se mantuvieron estables en el trimestre.