Los manifestantes de Hong Kong pueden olvidar su mensaje
Sin un final a la vista antes de las elecciones de noviembre, todos los peligros aumentan
Los manifestantes de Hong Kong saben que la escalada en sus reclamaciones puede llegar a costa de la coherencia. Las protestas en la ciudad se centraron inicialmente en la necesidad de detener las extradiciones al continente; pero el movimiento se ha ampliado y las recientes protestas se han vuelto violentas. Esto aumenta los riesgos para los inversores y las empresas, que ya están sufriendo daños colaterales.
Después de que la líder del Gobierno, Carrie Lam, declarara muerto aquel controvertido proyecto de ley la semana pasada, los manifestantes sin líderes han perseguido cada vez más objetivos y tácticas diferentes. El Frente Civil de Derechos Humanos, que ayuda a organizar las marchas, enumera cinco demandas más, incluyendo la renuncia de Lam y una retirada formal del proyecto de ley. Los manifestantes, sin embargo, citan quejas que van desde comerciantes fronterizos hasta músicos callejeros indisciplinados. Esta semana, los ancianos salieron a las calles, algunos en sillas de ruedas.
El negocio ya está en primera línea. El domingo, manifestantes y policías se enfrentaron en un centro comercial suburbano propiedad de Sun Hung Kai Properties por valor de 50.000 millones de dólares. Las fotos conmocionaron a una ciudad normalmente ordenada y al dueño del edificio. Los minoristas de Hong Kong advirtieron de que las ventas de julio y agosto podrían caer en dos dígitos en comparación con el año anterior, ya que compradores y turistas rechazan ir a la ciudad, y nombres como Richemont y el relojero Swatch dicen que ya están sintiendo las consecuencias de las protestas. Las marcas locales luchan también por su reputación: los refrescos japoneses Pocari Sweat hicieron frente a las protestas retirando la publicidad a un canal que se opuso a las manifestaciones.
Sin un final a la vista antes de las elecciones de noviembre, todos los peligros aumentan. El Gobierno no parece dispuesto a investigar los agravios cometidos, y los manifestantes pueden caer en manos de distintos grupos de presión empresarial. Nada de esto ayudará a su economía ni a esta oportunidad de cambio.