Los bancos centrales mueven los mercados, ¿qué esperar en renta fija?
La rentabilidad de los bonos se mantendrá o caerá dependiendo de la interpretación que los inversores den a una eventual bajada de tipos
En la reunión del Foro Anual del Banco Central Europeo (BCE), celebrado en Sintra el mes pasado, nos encontramos con la sorpresa de que el Banco Central Europeo podría tomar nuevas medidas.
La situación de una inflación en mínimos históricos y una fase del ciclo económico cada vez más debilitada, unida a la gran incertidumbre que puede suponer la crisis comercial, podrían llevar al BCE a adoptar nuevas medidas de estímulo.
En las próximas semanas tendrán lugar las reuniones del BCE y la FED con mayor expectación de los últimos meses. En Europa, los retos son mayores, ya que partimos de una situación con menor margen de maniobra. No obstante, Mario Draghi fue muy claro al transmitir que sí había instrumentos disponibles para lograrlo:
• El BCE mantendrá tipos bajos el tiempo que sea necesario y recortes de tipos adicionales forman parte de las herramientas: bajada por tramos de la facilidad de depósitos. (El mercado ya descuenta una bajada de unos 10 puntos básicos antes de 2020).
• Reactivar el programa de compra de activos, con subida de límites.
Es momento de alerta y prudencia en los mercados, y de consolidación de las ganancias
La Fed ha dejado inalterados los tipos en la última reunión, pero está muy vigilante de lo que pueda pasar en estos días y ya ha avisado sobre ello.
Impacto en renta fija
¿Cómo afecta esta expectativa de bajada de tipos a los mercados?
Si lo entienden como una bajada preventiva, podría llevar a un mejor comportamiento de la renta variable a nivel global y a mantener el recorrido en la renta fija. Pero cuidado, ya que si los mercados piensan que la Fed se mueve de forma reactiva, preocuparía a los inversores por descontar un mayor riesgo de recesión. Ello podría llevar a la renta variable a sufrir caídas.
Estamos pues ante un momento de alerta y prudencia en los mercados, además de consolidación de las ganancias conseguidas.
Hasta la fecha, éramos muy cautos con la renta fija, pues hemos vivido un primer semestre con un importante avance de las rentabilidades de estos activos. Con más del 59% de los bonos de la Unión Europea con rentabilidades negativas y con una mayor probabilidad de que se apliquen medidas de expansión cuantitativa, la sólida evolución de los activos de alta rentabilidad no supone una sorpresa y es de preveer que se mantenga la búsqueda de rentabilidad.
Sin embargo, el cambio de panorama en los tipos de interés podría dejarnos algo de recorrido, pasando a ser claramente una alternativa a los depósitos. En este sentido, pensamos que todavía puede quedar valor en fondos de renta fija corporativa y deuda pública periférica.
Además, para perfiles más arriesgados, los fondos de deuda emergente en moneda fuerte podrían alzarse como una posibilidad interesante. En este contexto, es fundamental el papel de la gestión activa o el asesoramiento recurrente.
Marta Alonso Jiménez es directora de Banca Privada de Bankia.