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Las empresas se ahorran un 13% en Sociedades por las pérdidas de la crisis

La compensación de bases negativas y la exención sobre filiales extranjeras reducen el tipo real

Sociedades
Alejandro Meraviglia
Juande Portillo

La agenda fiscal del Estado llegó a un día clave ayer cuando coincidió el fin de la campaña del IRPF con el arranque de la del Impuesto de Sociedades, que acaba el próximo día 25. Este tributo, que en 2018 aportó 24.838 millones de euros a las arcas públicas (el 12% de los ingresos tributarios), está doblemente en boga por los planes del Gobierno para reformarlo y las críticas que rodean su actual sistema de recaudación.

Este último punto fue subrayado ayer desde el Consejo General de Economistas y el Registro de Economistas Asesores Fiscales (REAF) donde, coincidiendo con el inicio de la campaña, publicaron un informe sobre el gravamen que revela que Hacienda retiene 2.000 millones de más cada año en el sistema de pagos fraccionados, el equivalente empresarial a la retención mensual sobre la nómina de los asalariados. “El saldo es negativo para la Administración, que en campaña devuelve 2.000 millones más de lo que ingresa, buena prueba de que los pagos fraccionados y las retenciones son mayores que la cuota del impuesto”, detalló ayer Luis del Amo, secretario técnico del REAF.

Los economistas critican que esta retención excesiva, unida a que el Estado puede tardar seis meses en devolver lo ingresado, acaban elevando la presión fiscal sobre la empresa pues para cuando recobra lo adelantado de más por un año debe hacer un nuevo desembolso mayor al que le correspondería. Los economistas confían en que el legislador acabe corrigiendo un modelo que, dicen, ha ayudado al Estado para a caja durante la crisis.

Se da la coyuntura, además, de que la validez del modelo de pagos fraccionados, vigente desde 2012, está ahora mismo en cuestión, bajo la lupa del Tribunal Constitucional. El asunto fue elevado a sus magistrados desde la Audiencia Nacional, donde una compañía representada por EY Abogados denunció que el exministro de Hacienda del PP Cristóbal Montoro elevara de golpe en 2016 el tipo de pago fraccionado del 12% al 23% sobre los beneficios empresariales, a fin de acercarlo al tipo nominal, lo que le permitió disparar la recaudación.

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Las empresas acaban pagando un tipo efectivo mucho más bajo que el tipo nominal (del 25% en general y el 30% para bancos y petroleras). Según la Agencia Tributaria los grupos empresariales pagan de media un tipo efectivo del 5,99% y el resto de empresas un 16,99%. Desde el Consejo de Economistas achacan la diferencia a dos factores. De un lado, a la compensación fiscal de las pérdidas sufridas en la crisis por las empresas, que gracias a sus bases imponibles negativas se ahorraron 2.282 millones (el 13% de toda la recaudación de Sociedades) en 2016, último año del que hay datos. De otro lado, los beneficios de filiales en el extranjero –en las que la gran empresa se ha apoyado estos años para capear la recesión– están exentos para evitar que tributen doblemente, lo que reduce en 17.141 millones los ingresos potenciales (de nuevo con datos de 2016). Así, desde el REAF explican que tomando como referencia el resultado contable, y no el beneficio, el tipo efectivo de los grupos ascendería ya al 11,06%.

Estos factores influyen en que la recaudación total por Sociedades se situara en 2018 en 24.838 millones, un 7,32% más que en 2017 pero un 44,59% menos en el máximo alcanzado en 2007. Una cota que desde el REAF consideran irrepetible dado que la economía española vivía entonces un boom irreal y que la crisis impuso a las empresas una mayor actividad internacional por la que ya tributan en el extranjero. Así, en el REAF subrayan que los ingresos por Sociedades suponen un 2,25% del PIB, menos que en la media de la OCDE (2,87%) pero más que en Italia (2,15%); Francia (2,04%) o Alemania (1,96%).

Menos comprensiva se mostró, en una intervención en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo de Santander, la ministra de Hacienda en funciones, María Jesús Montero, que apostó ayer por una revisión de la “totalidad” de Sociedades y sus deducciones para evitar que la gran empresa acabe pagando más que la pyme. A falta de que se forme Gobierno, sus planes pasan por fijar un tipo mínimo (del 15% general y el 18% para banca y petroleras) y por rebajar al 95% la exención sobre beneficios de filiales extranjeras.

Un gravamen que la empresa asume bajando sueldos

El caso alemán. Sociedades es un tributo que, según las investigaciones académicas, las empresas tienden a repercutir en su plantilla en forma de rebaja salarial, lo que en EE UU se traslada al 40% (el resto merma el capital) y en Alemania al 100%, reveló ayer Jorge Onrubia, investigador asociado de la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (FEDEA) durante el acto organizado por el REAF. Aunque no hay datos sobre España, su atomización empresarial hace pensar a Onrubia que su caso se asemejará al germano.

 

Campaña inspectora. El REAF avanzó ayer que la Agencia Tributaria ha iniciado una “pequeña campaña” sobre fundaciones, asociaciones y colegios profesionales y otras entidades parcialmente exentas de Sociedades para conocer al detalle su actividad y qué parte debe quedar libre de impuestos.

 

Sistema de la UE. Ayer entró en vigor el nuevo sistema comunitario de resolución de litigios fiscales entre Estados miembros que busca agilizar la resolución de pulsos legales en torno a la doble imposición, campo en el que hay 2.000 litigios pendientes de resolver.

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