España logra una caída histórica en el interés de su bono en plena incertidumbre política
Desciende ajeno a las especulaciones políticas por la formación de Gobierno
El rendimiento del bono español a una década está en caída libre. La velocidad de su descenso no tiene precedentes y ha propiciado que por primera vez en la historia se haya situado por debajo del 0,5%. En la sesión del viernes marcó un nuevo hito al alcanzar una rentabilidad del 0,49%, pulverizando así todas las previsiones de gestores y economistas y echando por tierra los malos augurios que podrían apuntar a tensiones en la deuda soberana española a causa de la incertidumbre política.
El causante del derrumbe de la rentabilidad del bono español a una década no es otro que el Banco Central Europeo, el mismo que hace ya casi siete años salvó de la quema a la deuda soberana europea. En julio de 2012, el rendimiento del bono español a una década alcanzó un nivel insostenible en el 7,6%, en pleno castigo de unos inversores que habían perdido la confianza en el proyecto del euro y que castigaban especialmente a España por los problemas de su sistema bancario.
El ahora ya mítico discurso de Mario Draghi en el que aseguro que el BCE haría todo lo necesario para proteger el euro fue el inicio de una progresiva vuelta a la calma en los mercados financieros, alimentada por continuos estímulos de política monetaria, y del descenso de las rentabilidades de la deuda, en paralelo al ascenso de sus precios. En ese proceso, el rendimiento del bono español marcó un mínimo histórico en septiembre de 2016 en el 0,88%, que ha sido superado en los últimos días.
La deuda española se está beneficiando de la incertidumbre que domina a los inversores, inquietos por el impacto que tendrá en la economía la escalada proteccionista de EE UU, y que les está llevando a buscar refugio en los activos de más calidad, entre los que ya ha entrado a formar parte el bono español. No al nivel de la deuda alemana –el bund cotiza en mínimos del -0,256%– pero sí muy lejos del estigma que arrastraba años atrás.
Y el BCE está acelerando en los últimos días la entrada de dinero en la deuda española –y en el conjunto de los bonos europeos– al haber abierto la puerta a un nuevo recorte de tipos si la situación empeora e incluso a la reanudación de las compras de deuda. Así, el rendimiento del bono se ha recortado en más de 50 puntos básicos en apenas mes y medio, desde el 1% al que cotizaba el 1 de mayo
“En términos porcentuales es sin duda la caída más rápida en el tiempo”, señalan fuentes financieras. Tras el discurso de Draghi en julio de 2012, el bono pasó del 7,6% al 5,3% en diciembre. La caída en términos relativos ha sido ahora más intensa y en menos tiempo.
“Pensamos que el proceso de investidura tendrá poco efecto en la rentabilidad del bono español porque éste se mueve más bien con el diferencial con el bono alemán y con temas macros como el nivel de crecimiento, inflación y déficit. Los temas políticos, si se mueven dentro de la normalidad, apenas afectan a la rentabilidad”, añade Ascensión Goméz, gestora de renta fija de Trea AM. El Tesoro ya anunció en abril una rebaja en su necesidad de emisión de deuda para este año y podría volver a hacerlo a la vista del descenso en el coste de financiación.