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Canarias

Control horario: la normativa que deja a todos descontentos

Los empresarios tachan la nueva norma de regresiva e inútil. Los sindicatos creen que se queda corta al dejar al patrono la última palabra

La ministra en funciones de Trabajo, Migraciones y Seguridad Social, Magdalena Valerio,
La ministra en funciones de Trabajo, Migraciones y Seguridad Social, Magdalena Valerio, Getty Images

Unos porque creen que complica demasiado la vida de las empresas para solucionar un problema menor. Otros, porque piensan que lo que se ha establecido con la obligación de control horario no es lo que se acordó entre Gobierno y sindicatos. El caso es que el Real Decreto Ley 8/2019 que conmina a todos los centros de trabajo a controlar las horas que hacen los empleados, no parece contentar a nadie.

Desde el pasado 12 de mayo ya está plenamente en vigor. Y, tras un periodo de adaptación, las empresas deben tener ya sistemas para que sus trabajadores fichen. Pero los sindicatos en Canarias ya han detectado fraude en sectores tan extendidos en las islas como el comercio. “Se nos acercan muchos trabajadores de supermercados a decirnos que la empresa les obliga a firmar un documento donde no se refleja realmente el horario que están haciendo” advierte Esther Martín, secretaria de Acción Sindical de CC OO Canarias. Un fraude que ella atribuye a la redacción del decreto, dejando al empresario la última palabra sobre cómo controlar el horario si no llega a un acuerdo con los trabajadores. “Es un paso adelante pero se ha quedado flojito. Nos tememos, y lo estamos comprobando, que la picaresca va a continuar”.

Pero la norma tampoco convence a los empresarios canarios. “La consideramos regresiva. Pretende resolver un problema de horas extras no remuneradas, pero complicando la vida a muchos más trabajadores”, afirma Agustín Manrique de Lara, presidente de la Confederación Canaria de Empresarios. Cree que Canarias está sufriendo especialmente su aplicación por la abundancia de pequeñas empresas y microempresas: “Ahí es donde más dificultades hay para establecer este control”. Fernando Martín es dueño de una de esas microempresas, la cafetería Ribetlau, en Las Palmas de Gran Canaria. Tiene dos asalariadas que firman en una hoja de control su comienzo y final de jornada. Asegura que reflejan las horas que cumplen, pero que “hay que estar pendiente de que el empleado no se olvide de firmar y es un quebradero de cabeza”.

Los empresarios también ven complicada la implantación del control en otro de los sectores que abundan en Canarias, las empresas de servicios con trabajadores que salen directamente de su casa a trabajar sin pasar por el centro de trabajo. Eduardo Bezares, secretario general de CEOE Tenerife, cree que la clave está en “definir qué se considera trabajo y qué no”. Y cita como ejemplo los problemas de implantar el sistema en sectores como el de los asalariados del taxi “hasta llegar a la cantidad pactada con el propietario pueden hacer más de ocho horas, pero no todas serán efectivas”. Bezares cree que la medida acabará con la flexibilidad laboral y ahuyentará el capital extranjero.

En todo caso, la tecnología podría ayudar. CC OO aboga por “un sistema de control que llegase a la TGSS y evitase cambiar los horarios como la empresa considere”. Patronal y sindicatos recurren a la Inspección de trabajo para pedir consejo. Los empresarios, además, flexibilidad. Fuentes próximas a la Inspección confirman una actitud flexible con el cumplimiento. Los inspectores no actúan de oficio, sino tras recibir una denuncia, y antes de sancionar (con multas de entre 626 y 6.250 euros) dan varias oportunidades para poner en marcha el sistema.

Empresarios y centrales sindicales coinciden en lo dañino de las horas extras no contabilizadas. “Según el INE en Canarias cada semana se hacen 120.000 horas extras, la mitad de ellas ni se abonan, ni se compensan ni se cotizan. Un perjuicio para el trabajador, para la Tesorería y una competencia desleal para las empresas que cumplen” dice Esther Martín. “Las empresas no queremos horas extraordinarias sin remunerar porque va contra la competitividad del que cumple” opina Manrique de Lara. Pero tanto unos como otros quieren que se cambie la norma. Los sindicatos quieren negociar con el Gobierno para que “sea efectiva” y la patronal “porque es demasiado rígida y perjudica las buenas relaciones laborales”.

Cuestión de horas

Inspectores. En Canarias hay 54 inspectores y 30 subinspectores. Pocos, según CC.OO, para todo lo que tienen que vigilar. España tiene la ratio más baja de Europa, con 1 inspector por cada 15.000 trabajadores, frente a 1 por 7.000 de media europea.

Economía sumergida. La medida debería servir para destapar contratos fraudulentos. Según los sindicatos, cada vez que se refuerza la Inspección de trabajo en Canarias aflora la economía sumergida: 25.000 puestos de trabajo desde 2015.

Sanciones y costes. Aún no hay cifras de cuántas empresas no han implantado el control de horarios, pese a que es obligatorio desde el 12 de mayo. Las patronales lamentan el sobrecoste de implantar estas medidas.

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