Las bajas laborales costaron 14.400 millones en salarios y prestaciones en 2018
Las ausencias justificadas por enfermedad aumentaron un 12,7% respecto al año anterior
El pasado año se produjeron 5,2 millones de procesos de bajas médicas de trabajadores por padecer una enfermedad común. Esto supuso un repunte del 12,7% de este tipo de absentismo laboral que está justificado por no ser voluntad del trabajador faltar a su puesto de trabajo. Este aumento de las bajas es habitual en épocas de recuperación del empleo y creación de puestos de trabajo, si bien en esta ocasión la diferencia entre lo que creció el empleo en 2018, un 3,4%, y el repunte de las bajas es mayor que en ejercicios anteriores. Este incremento de las bajas suma un 49,6% más de procesos, desde los mínimos registrados en 2013, cuando la cifra de procesos por incapacidad se redujo hasta los 3,5 millones.
Estos datos han sido extraídos de un avance del informe sobre El absentismo derivado de la incapacidad por contingencias comunes (ITCC) –que es como se conoce técnicamente esta situación– que ha sido elaborado por la patronal de mutuas colaboradoras con la Seguridad Social (AMAT). Según los datos de estas entidades, las prestaciones por incapacidad temporal pagadas por la Seguridad Social a los trabajadores que estuvieron de baja el pasado año ascendieron a casi 7.500 millones de euros, lo que supuso también casi un 13% más. Este nivel de incremento del gasto era propio de otras épocas de expansión económica.
A esta cantidad, AMAT suma otros 6.900 millones de euros que pagaron directamente las empresas en salarios de los trabajadores que durante los primeros 15 días de baja –un 9,7% más que el año anterior–; y a partir del día 16 lo paga la mutua o la Seguridad Social. Si se tiene en cuenta que las prestaciones por incapacidad temporal se costean con las cotizaciones que pagan mayoritariamente los empresarios por los trabajadores, se podrían sumar ambos conceptos y afirmar que el coste directo de las bajas laborales el pasado año fue de 14.400 millones de euros por el pago de prestaciones y salarios.
No obstante, desde AMAT incorporan otro dato más subjetivo a la ecuación: el dinero que las empresas y la economía española dejaron de ingresar el año pasado por estas bajas, es decir, el coste de oportunidad. Según la asociación de las mutuas, el coste en términos de producción de bienes y servicios que se dejaron de realizar se elevó hasta los 70.741,4 millones de euros. Sumando los tres costes, el importe ascendió el año pasado hasta los 85.140 millones, un 10% más que 12 meses antes.
Reclamaciones
Desde los mínimos registrados en 2013, el coste total derivado de las bajas por enfermedad se ha disparado en un 56,6%. Un incremento sobre el que alertan desde AMAT por sus consecuencias en la competitividad empresarial, en la creación de empleo, en el propio Sistema de la Seguridad Social y en la evolución de la economía española.
Por ello, esta asociación insiste en reclamar al Gobierno que haga un cambio legal para que los médicos de las mutuas puedan dar el alta a los trabajadores, ya que actualmente solo los facultativos de los servicios regionales de salud y del Instituto Nacional de la Seguridad Social pueden hacerlo.
Este balance anual destaca además que en 2018 se registraron 25 bajas médicas por cada 1.000 cotizantes por contingencias comunes (lo que se conoce como índice de incidencia) entre los asalariados. Dicho indicador, que mide la intensidad de los procesos de IT, aumentó un 9,62% en los trabajadores por cuenta ajena, y avanzó un 3,15% entre los autónomos.
La duración media de estas bajas se redujo el año pasado tanto para los trabajadores por cuenta ajena, un 2,18% menos, como para los empleados por cuenta propia, un 1,03%. Con todo, las de los trabajadores por cuenta propia (91,28 días de media) más que duplican a las de los asalariados (38,65 días).
Regiones y patologías
Cataluña y Navarra fueron las comunidades que registraron más bajas por enfermedad común entre los asalariados. Así, hubo 44 navarros y 36 catalanes de baja por cada 1.000 cotizantes por contingencias comunes, frente a la media nacional de 25. Además fueron estas dos comunidades donde más creció este absentismo justificado, con avances del 4,6% y 4% respecto a 2017. Por el contrario, Extremadura con 12,7 asalariados de baja por cada 1.000 habitantes y la Comunidad Valenciana, con 18, tuvieron la menor tasa de bajas médicas por enfermedad común el pasado año.
Las profesiones con más incidencia de bajas médicas fueron el pasado año la fabricación de vehículos de motor y de otro material de transporte, con 42 y 51 trabajadores de baja por cada 1.000 cotizantes; los asalariados de recogida y tratamiento de aguas residuales, con un índice de incidencia de 45 trabajadores y el transporte aéreo, con 40. En cuanto al coste que soportan los sectores, AMAT calcula que la industria pagó 877 millones por las bajas de sus empleados; los servicios, 3.510 millones; la construción 349 millones y la agricultura, ganadería y pesca, 121 millones.