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Asesoramiento financiero

Invertir para el futuro de nuestros hijos

Planificar con tiempo nos ayuda con nuestros objetivos familiares

El nacimiento de los hijos está rodeado de ilusión y, tras esas primeras semanas en las que las familias se adaptan, comienzan las decisiones importantes, entre ellas, las que tienen que ver con su educación. ¿Qué guardería elegimos? ¿A qué colegio irá? Este, el de la educación, es un tema de gran importancia que preocupará a los padres durante la infancia y juventud de sus hijos y que, además, influirá en el resto de sus planes como familia, dado que elegir una u otra opción puede suponer diferencias importantes en lo que se refiere al coste.

Desde la guardería hasta la universidad, el coste medio de la educación de un hijo puede ir desde los 80.000 euros aproximadamente a superar los 200.000 euros (cálculos realizados con precios medios de una selección de centros públicos y privados). Los cálculos pueden variar, según las referencias que se tomen. Un artículo publicado hace dos años en El País situaba el presupuesto escolar por año en torno a los 9.000 euros al año, sin contar extras como ordenadores o viajes de estudio ni actividades extraescolares. Esos 9.000 durante 15 años dan un coste superior a los 130.000 antes de la universidad.

El coste de la educación, de darles las mejores oportunidades a nuestro alcance, de reforzar su formación con extraescolares, pagar un año en el extranjero o un máster… lo veamos como un gasto o como una inversión en el futuro de los hijos, la cuestión es que, si nos ponemos a hacer los números, las cantidades pueden abrumarnos. Y, sin embargo, hacer este ejercicio, cuantificar el coste es un paso necesario para conseguir este objetivo. Con este paso, comienza nuestro plan financiero para la educación de los hijos.

Si, por ejemplo, nos sale que el coste medio de la educación de un hijo de 150.000 euros desde que nace hasta los 23 años, contando con que durante la etapa escolar pueda pasar un año en el extranjero y que estudie otro año fuera en la etapa universitaria, además de cursar un máster, lo siguiente que tendremos que comprobar es cuánto dinero del presupuesto familiar podemos destinar a este objetivo sin poner en peligro el resto de objetivos vitales (que pueden ir desde montar un negocio propio o emprender una segunda carrera profesional hasta ahorrar para garantizarnos un determinado nivel de vida durante la jubilación).

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