México busca recuperar la confianza de los mercados
La llegada de López Obrador a la presidencia y la confusión de finales de año, unida a la situación económica global, ha mermado el atractivo de la Bolsa mexicana, que lucha por recuperar lo perdido y situarse al nivel del resto de parqués latinoamericanos
Los mercados de Latinoamérica aguardaban en 2018 los resultados de dos grandes citas electorales: las de Brasil y las de México. Los candidatos que todas las quinielas daban por ganador se llevaron la victoria. A partir de entonces, el comportamiento de los parqués de ambos países ha seguido caminos distintos y mientras el Bovespa se anota un 15% en lo que va de año, el Mexbol suma poco más de un 1%, muy por debajo de las subidas generalizadas de los parqués internacionales.
Andrés Manuel López Obrador era el candidato menos apreciado por los inversores debido al foco social de su programa. Sin embargo, este mexicano relajó el discurso en estas elecciones, las terceras a las que se presentaba, y aunque mantuvo como objetivo la lucha contra la corrupción y la violencia, AMLO (como ya se le conoce) se comprometió a no realizar nacionalizaciones ni expropiaciones, a mantener la independencia del banco central del país, el Banxico, a contener el déficit y a impulsar la participación privada en proyectos de infraestructuras.
Cien días después de su llegada al poder (aunque ganó las elecciones en julio, su toma de posesión no se produjo hasta diciembre) los datos económicos del país se han visto resentidos. Las agencias de rating Fitch y S&P han mantenido sin cambios la nota de la deuda del país aunque han modificado su perspectiva de estable a negativa. Además, desde S&P no descartan una rebaja de la calificación en los próximos meses.
Dos cuestiones han afectado a estas valoraciones. En primer lugar, la perspectiva de crecimiento del PIB mexicano para este año, que se ha modificado a la baja. Banxico la recortó desde el 2,2% al 1,5% y desde el 2,5% al 2,2% para 2020. Peores son las previsiones de Citi, que pronostica un crecimiento del 1,4% y el 1,9%, respectivamente. A pesar de todo, López Obrador asegura que “la economía está en movimiento y no hay indicios de recesión, como querían nuestros adversarios políticos y los conservadores o las previsiones con mala fe de los analistas”.
Y es esta ralentización de la actividad económica en el país la que, según Nereida González, analista del área de mercados de Analistas Financieros Internacionales (Afi), la que ha pesado sobre el Mexbol. De hecho, la firma prefiere por ahora invertir en otros mercados emergentes como Brasil.
Por otra parte, las agencias de rating también han seguido con atención el plan de rescate a Pemex, la petrolera estatal, que el Gobierno ha puesto en marcha. La compañía, cuya deuda asciende a 16.000 millones dólares debido a los recortes de producción, ha recibido una inyección de capital por parte del Ejecutivo de 3.900 millones de dólares. Días después de conocerse estos planes, Fitch y S&P rebajaron la nota de Pemex y la situaron muy cerca de perder su nivel de inversión. Además, según el análisis de Moody’s, estas ayudas a la compañía estatal elevarán la deuda del país por encima del 40% del PIB (frente al 35% actual).
A pesar de todo esto, en Renta 4 son bastante positivos respecto al comportamiento de la Bolsa de México y reducen la situación a una “cuestión de confianza”, marcada también por la inestabilidad económica a nivel mundial. Aunque sus alzas en el año son ínfimas en el año, el índice se ha recuperado de las caídas de finales de 2018: cerró el año con un desplome del 15,6%. “El mercado estaba preocupado por el nuevo Gobierno y la confusión respecto a los cambios normativos en el sector bancario o la convocatoria de un referéndum sobre la construcción del nuevo aeropuerto de Ciudad de México no ayudaron a calmar esta situación”, explica Alejandro Varela, gestor en Bolsa emergente de la entidad. De hecho, la amenaza de suprimir comisiones bancarias –un proyecto que por el momento no ha ido a más– supuso un zarpazo para la cotización de los bancos, con BBVA a la cabeza. Varela reconoce que los presupuestos para 2019 han mandado una “señal de tranquilidad” que, aunque ha calmado los ánimos, por el momento no es suficiente.
Lo que sí parece que se ha ganado es el apoyo de los ciudadanos: según las encuestas, sus niveles de popularidad alcanzan el 80%. Y es que López Obrador ha seguido la senda social prometida: ha duplicado el salario mínimo y recortado los aranceles en la frontera con EE UU, ha multiplicado por dos las pensiones de jubilación o los salarios de los discapacitados y puesto en marcha becas y programas de formación para estudiantes y jóvenes sin empleo.
La divisa mexicana se ha mantenido estable además desde su llegada al poder e incluso se ha apreciado desde los 20,5 pesos por dólar a los 19,22 pesos actuales. En Afi consideran que el banco central no recortará los tipos en el corto plazo pues “está encontrando dificultades para alcanzar el objetivo de inflación marcado [del 3% frente al 4,83% con que cerró 2018]”, explica González. Razón por la cual considera que el peso se mantendrá estable a lo largo de este año.
En este caso, la polémica está servida. Mientras en Afi prefieren optar por invertir en otros mercados emergentes, como Brasil, desde Renta 4 ven una buena oportunidad en México, gracias a unos precios atractivos y unas perspectivas de evolución favorables.
Una oportunidad para BBVA
La presencia de las empresas españolas en México es limitada. BBVA es una de las compañías del Ibex más expuesta en México –obtiene alrededor de un 35% del beneficio en el país latinoamericano–, pero también en otros mercados emergentes. Por ello, la crisis del verano pasado le pasó factura. No obstante, pasado este bache, en Renta 4 consideran que la situación solo puede mejorar para la entidad bancaria española en dichos países. De hecho, Varela afirma que “México sigue siendo un área muy atractiva para BBVA” y con mejores perspectivas competitivas de las que pueda tener en España.