ACS despunta en la gran obra con un ‘rally’ de 15.000 millones en megacontratos
Gana cinco proyectos por encima de los 2.000 millones en los últimos 12 meses
El acelerón en el exterior de ACS ha hecho que el grupo cerrara un 2018 histórico en contratación, con continuidad en estos primeros compases de 2019. La española ha entrado en los 12 últimos meses en media docena de proyectos de los que marcarían la historia del común de las empresas de infraestructuras. Se consolida, de este modo, como el gran especialista en obras internacionales complejas y de gran volumen.
ACS abrió 2018 con el contrato del tren elevado que conectará las terminales del aeropuerto estadounidense de Los Ángeles (1.600 millones), y desde entonces ha alcanzado los 15.000 millones con solo cinco obras más, todas ellas superiores a los 2.000 millones. Esta escalada, obviando un buen número de actuaciones contratadas con presupuestos entre 800 y 1.500 millones, se ha producido mientras ejecutaba con Atlantia la mayor opa del pasado ejercicio en Europa, por la concesionaria Abertis.
El último gran encargo, recibido el pasado viernes por la propietaria de Dragados, Hochtief, Cimic o Flatiron, ha sido el de un nuevo túnel y viaductos en la autopista I-64 Hampton Roads, en EE UU. El presupuesto, de 3.000 millones, se traduce en la licitación de mayor envergadura en la historia de Virginia.
El grupo volvió a defender en 2018 un margen bruto de explotación en el negocio de construcción ligeramente superior al 6%
Días antes, el 6 de este mes, filiales de ACS se apuntaron obra en la alta velocidad británica por 2.000 millones, para la construcción del intercambiador londinense de Euston.
El ejercicio 2018 culminó con una adjudicación en el WestConnex australiano por 2.500 millones. ACS se ocupará del diseño y construcción del enlace subterráneo Rozelle, entre las nuevas autopistas M4 y M5 en el entorno de Sidney. Se trata del segmento más complejo del citado WestConnex, valorado en su totalidad en 16.800 millones de euros y en el que subsidiarias de la española cuentan con otros trabajos.
Antes de esta intervención en Australia, el gran hito del verano fue la firma del contrato de 3.000 millones para la ejecución y mantenimiento durante 30 años del puente Gordie Howe. Esta será la mayor estructura atirantada de Norteamérica, llamada a comunicar EE UU y Canadá, enlazando Detroit y Windsor.
Y hace justo 12 meses que ACS apuntó en su cartera el mayor de los megacontratos acumulados en este periodo histórico para el grupo: la ampliación del metro de Montreal, y construcción de la principal estación de la ciudad (Gare Central), por 3.300 millones.
A la espera de la presentación de resultados de 2018, ACS se ha estado moviendo con un margen de ebitda algo superior al 6% en su actividad constructora. Tras concluir su parte en el AVE de Arabia o tener avanzado un tramo de la alta velocidad de California, el gigante afronta ahora el desafío de ejecutar este ramillete de obras de alta exigencia de forma prácticamente simultánea.
Salto cualitativo en el exterior
Más allá de los 70.000 millones. La cartera de ACS al cierre de septiembre crecía un 7,7% respecto al tercer trimestre de 2017 (10% con tipos de cambio constantes), hasta los 70.329 millones. Un 42% de esta cifra está contratado en América del Norte, donde el aumento de la reserva de contratos en los nueve primeros meses era del 32%.
Previsión de ingresos. Tres de los grandes proyectos ganados por ACS hasta septiembre suponen una previsión de ingresos de 2.600 millones en función de su participación en cada uno de ellos: el puente Gordie Howe aporta 1.052 millones de euros; la ampliación del metro de Montreal suma 896 millones, y el tren del aeropuerto de Los Ángeles entrega 629 millones.