Muñoz-Alonso: “Otro pacto PSOE-Podemos llevaría a un bloqueo y a unas nuevas elecciones”
Recomienda bajar la exposición a deuda soberana y subirla en Bolsa
Ignacio Muñoz-Alonso (Madrid, 1963) tiene una visión de largo alcance sobre los mercados financieros. El estratega jefe de Inversis combina esta responsabilidad con su trabajo como socio de la firma de asesoramiento corporativo ADX Capital Partners. Antes, trabajó para Lehman Brothers, fue consejero delegado de Rothschild en España y director de banca corporativa y de inversión de BBVA en Europa.
Este profesional, con más de 25 años de experiencia financiera, considera que los dos grandes riesgos que afrontan ahora los inversores son el descarrilamiento de las negociaciones comerciales entre Estados Unidos y China y la falta de entendimiento de la clase política británica, que provoque una salida por las bravas de la Unión Europea.
- R. ¿Qué podemos esperar del ciclo electoral de este año en Europa, con comicios al Parlamento Europeo y en varios países?
- R. El gran riesgo es el auge de los populismos. En el Parlamento Europeo, puede que suban algo los euroescépticos, pero los partidos tradicionales en seguida hacen piña para frenar propuestas raras.
- R. ¿Cómo pueden afectar a los mercados las elecciones del 28 de abril en España?
- R. Un escenario base es un pacto a la andaluza [acuerdo de gobierno de PP y Ciudadanos, con apoyo de Vox]. El otro escenario es que se repita una situación como la actual, con un PSOE con algo más de 90 diputados y un Podemos mermado. Esta situación llevaría a un bloqueo y dificultaría acometer reformas estructurales. Probablemente nos veríamos abocados a una repetición de elecciones. El tiempo pasa y el país necesita medidas profundas de política económica. Con reales decretos no vale. Y menos si son peligrosos, como la subida del salario mínimo. Esto no va a mejorar el nivel de utilidad social, porque va a generar desempleo y, para los ya empleados, la mejora va a ser escasa.
- R. ¿Cuáles son los grandes riesgos para este ejercicio?
- R. Hay dos amenazas geopolíticas muy importantes: la guerra comercial y el Brexit. El primer aspecto ha hecho mucho daño a la confianza de los inversores. Aquí parece que vamos a un escenario de ampliación de los plazos de negociación más allá de 1 de marzo. En estos últimos meses, la Bolsa se mueve a golpe de geopolítica. En cuanto hay más tensión sobre la guerra comercial, caen los índices bursátiles.
- R. ¿Qué espera del Brexit?
- R. Si se produce una salida desordenada será una catástrofe fulminante en los mercados. En los accesos al Eurotúnel ya se están acondicionando carpas donde los camiones puedan aparcar a la espera de atravesar los controles aduaneros. Un Brexit duro implica quedarse sin convenios comerciales con un montón de países. No solo con la Unión Europea. Hay países como Japón que están renegociando su relación con Reino Unido, porque si deja la Unión Europea ya no tendrá acceso al mercado único. Por defecto, se pueden aplicar los aranceles genéricos definidos por la Organización Mundial del Comercio [WTO, por sus siglas en inglés], que no son muy favorables para Reino Unido.
- R. ¿Y si finalmente los riesgos de guerra comercial y de Brexit duro no se materializan?
- R. Si así fuera, viviríamos un ‘revival’ del 2015-2016, cuando hubo malos años en Bolsa, que fructificaron en un ejercicio 2017 excelente. No soy optimista, pero sí que creo que una solución política imperfecta en ambos casos ya está en precio.
- R. ¿Estados Unidos se encamina a una recesión?
- R. Ningún indicador apunta a que podamos pensar en una recesión a corto o medio plazo. La probabilidad implícita de recesión en 2019 está por debajo del 20%. Lo malo es que las recesiones no avisan antes de llegar.
- R. ¿Cuánto se puede extender este ciclo expansivo?
- R. Estamos en el ciclo macro más largo desde la Segunda Guerra Mundial. Por eso hay temor a una recesión. Pero hay razones para que el ciclo se extienda. La nueva normalidad implica tipos de interés e inflación baja, crecimiento económico reducido… Al ser todo más moderado hemos eliminado volatilidad y puede que tengamos ciclos más largos.
- R. ¿La deuda corporativa se verá afectada por las subidas de tipos?
- R. Ha habido mucha emisiones de empresas cuyos bonos están justo en el límite de la deuda de alta calidad crediticia. Si hay una desaceleración económica, puede que algunos de estos bonos se conviertan en bonos ‘high yield’ [también conocidos como bonos basura]. Esto creará distorsiones en precios. Hay muchos inversores institucionales que directamente no pueden invertir en este tipo de bonos, por lo que habrá ventas automáticas. Es un riesgo que puede distorsionar el mercado de deuda corporativa.
- R. ¿Cuál es su asignación de activo actual?
- R. Estamos neutrales en Bolsa, en el 45% de la cartera. A mí me gusta más la renta variable de Estados Unidos que la europea. Estamos muy negativos en renta fija soberana, del 30% de peso habitual a un 5%. No nos gusta ni la americana ni europea. En deuda corporativa estamos ligeramente positivos, especialmente en emergentes. Además, hemos ampliado liquidez, para reducir el riesgo de la cartera y para tener margen para aprovechar las oportunidades.
Sobre la firma
(Madrid, 1979) es licenciado en Derecho y Economía por la Universidad Carlos III. También cursó el Máster de Periodismo de El País. Se incorporó al periódico Cinco Días en 2006, tras pasar por la web de El País y Mi cartera de Inversión. Escribe sobre el sector financiero, con un foco especial en fondos de inversión y los seguros.