EY ultima un informe forense de las cuentas de Dia, que busca coauditor
El grupo profundiza en el análisis de sus últimos problemas contables
El nuevo equipo directivo de Dia, el tercero en cinco meses, está decidido a levantar todas las alfombras para garantizar la viabilidad financiera de la cadena de supermercados. Borja de la Cierva, como nuevo consejero delegado, ha encomendado a EY realizar una auditoría forense de las cuentas de los últimos ejercicios (forensic, en la jerga), según confirman fuentes financieras a CincoDías. Este tipo de investigaciones internas buscan posibles prácticas fraudulentas en la gestión de una sociedad. El objetivo en este caso es despejar para siempre las dudas de las cuentas de la compañía.
Estas mismas fuentes apuntan además que la revisión de estos estados financieros avanza a buen ritmo. La compañía espera contar con el informe definitivo en la segunda mitad de febrero, cuando presentará sus cuentas de 2018 al mercado, si bien no se prevé que su contenido se haga público.El objetivo es no tener más sorpresas contables que puedan comprometer el proceso de refinanciación que negocia con la banca y la ampliación de capital que espera completar antes de Semana Santa.
En octubre la cadena de supermercados se vio obligada a reexpresar sus cuentas de 2017, que arrojaron un impacto negativo sobre su patrimonio de 56 millones de euros, 20 de ellos sobre su beneficio en aquel ejercicio por las “sobreestimaciones realizadas en los descuentos comerciales a percibir de proveedores”. Aquellas fueron las últimas cuentas con Ricardo Curras como consejero delegado, antes de que fuese cesado el pasado agosto.
En diciembre, al mismo tiempo que la banca le inyectó la liquidez necesaria para sobrevivir al menos hasta el mes de mayo, publicó el resultado de un test de deterioro sobre sus activos no corrientes que le supuso entrar en patrimonio neto negativo y, por tanto, en causa de disolución. Ese análisis arrojó un deterioro de 76 millones. Además, la compañía también encontró un agujero de 1,6 millones en su filial brasileña, algo que hizo público el 28 de diciembre. Ese día también anunció el cese de Antonio Coto como consejero delegado.
Busca coauditor
Así pues, la auditora dirigida en España por Jose Luis Perelli fiscalizará ahora el trabajo realizado por otra big four, KPMG, que ha sido la encargada de supervisar las cuentas de Dia desde hace más de 11 años.
La junta de accionistas de 2017 renovó su mandato hasta 2020 pese a que la última redacción de la ley de auditoría, de 2014, obligaba a las empresas a cambiar de auditor al menos una vez cada diez años, pero establecía un periodo de carencia para que las empresas se adaptasen a ella. En el caso de Dia, le obliga a contar con un nuevo auditor en 2020.
Sin embargo, la propia ley establece también ciertos mecanismos para que la transición entre un auditor con larga trayectoria en una empresa y su relevo sea suave. Una de ellas es la creación de la figura del coauditor, que en el caso de Dia permite a KPMG seguir supervisando sus cuentas algunos años más, siempre que lo haga de forma colegiada con alguno de sus competidores. Aunque esta figura es aún marginal, ya hay algunas compañías del Ibex que la utilizan. Deloitte y PwC auditan conjuntamente las cuentas de Técnicas Reunidas y KPMG y Grant Thorton hacen lo propio con Grifols.
Dia ya ha iniciado el proceso para encontrar un coauditor, según ha podido saber este periódico. En la práctica, supone un doble control a KPMG: una forensic para analizar su trabajo en ejercicios pasados y un coauditor para supervisarlo en el futuro. Esto implica, por tanto, reforzar los controles sobre las cuentas.
Por el momento, la propia EY y Deloitte ya han manifestado su interés para concurrir en el proceso y el mercado apunta a que el ganador será uno de estas dos compañías. PwC se queda fuera al ser el encargado por la banca de coordinar la reestructuración de la deuda. Un proceso en el que también participan Houlihan Lokey, Rothschild, Linklaters, Clifford Chance, PJT Partners y FTI Consulting.
El objetivo de De la Cierva es llevar el nombramiento de su coauditor a la junta de accionistas que espera celebrar en marzo, previo paso por la comisión de auditoría. También en marzo se someterá a los accionistas la ampliación de capital de 600 millones que ya ha preasegurado Morgan Stanley, condición sine qua non que pone la banca para garantizar la viabilidad de Dia.
La cuestión ahora está en si el primer accionista, el fondo Letterone, controlado por el magnate ruso Mijáil Fridman, apoyará el nombramiento de un segundo auditor con el 29% de los títulos que controla. Ya ha avanzado que rechazará la ampliación y estudia la fórmula para lanzar una opa sobre el 100%. Fuentes conocedoras de las negociaciones indican que las maniobras de Fridman son complicadas, puesto que tiene enfrente a la banca acreedora, con Santander, BBVA y JP Morgan a la cabeza, y tendría que negociar con los bonistas, con un pasivo por unos 900 millones de euros.