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Tribuna
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Los nómadas digitales, una nueva forma de trabajar

Cada vez son más los jóvenes que viajan al tiempo que realizan sus tareas laborales

CINCO DÍAS

Las posibilidades que abre la tecnología dan paso a una nueva concepción del trabajo: las comunidades de los nómadas digitales. Son básicamente profesionales mileniales que deciden prescindir de los lazos espacio-temporales marcados por las formas de relación laboral tradicionales y trabajar a la vez que viajan.

Obviamente no es para todo el mundo, ni para todos los puestos de trabajo. Aquellas actividades que requieren de atención cercana al cliente o de presencia física (manufactura o determinados servicios) no son susceptibles de nomadismos en general. Pero sí es interesante analizar lo que esta forma de trabajo representa. Una vez superado el “¡dónde vamos a ir a parar!” inicial –un primer vistazo genera sensación de cualquier cosa menos productividad al estilo clásico–, lo cierto es que hay muchos trabajos que, al no requerir presencia física, pueden desempeñarse desde cualquier sitio. E incluso podemos pensar en muchos que requieren inspiración y renovación (como el diseño o las tareas más creativas), para lo cual salir de la rutina diaria puede ser un estímulo importante. Y debemos esperar que este tipo de trabajos se incrementen en el futuro, puesto que la robotización absorbe las tareas más rutinarias, físicas y que requieren presencia.

El fenómeno nos permite también echar un vistazo histórico al mundo del trabajo. Aún seguimos el modelo que se generó durante la Revolución Industrial en el siglo XIX, y debemos recordar el choque que supuso en su momento. Los operarios se suicidaban al no poder pasar cada día un número de horas fijas dentro de un edificio con luz artificial cuando su forma de vida, esencialmente agrícola, había estado vinculada al movimiento del sol y el ritmo del clima y las estaciones. Nuestra forma de trabajo no es tan antigua, ni desde luego connatural a nuestra especie. No quiero decir con ello que tengamos que volver al campo o que debamos convertirnos en luditas, sino que no es la primera vez que se producen cambios en la concepción que tenemos del trabajo y que no deberíamos escandalizarnos. Sí es cierto que estos nómadas digitales nos recuerdan a esos tiempos sin las ataduras actuales.

Como en tantos fenómenos socioeconómicos generados por la tecnología, está por ver la extensión de este nomadismo digital y si pasará de ser otra moda efímera. Cada vez son más los jóvenes que deciden romper con el sistema durante una temporada y viajar sin ataduras, con trabajos precarios pero que les permiten tener experiencias diferentes y aprender de otras culturas, lo cual puede ser también una valiosa fuente de talento para las organizaciones. Esperemos que los departamentos de selección se adapten también a esta nueva visión del mundo y sepan ver en el CV de los nativos digitales un valor más que pueden aportar las nuevas generaciones.

Cristina Simón es profesora de RRHH de IE University y directora del MBA IE-Brown

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