EE UU comienza a aplicar las nuevas sanciones contra Irán
Los expertos temen un nuevo repunte del precio del crudo al caer la oferta Muchas compañías han dejado ya de operar con el régimen de los ayatolás
Las sanciones impuestas contra Irán por parte de Estados Unidos han entrado en vigor en la madrugada del domingo al lunes. Cualquiera que quiera comprar un tanque de petróleo a una empresa iraní se expone a que la Administración Trump le impida hacer negocios en Estados Unidos. Los expertos temen que la reducción de la oferta de crudo contribuya a nuevos repuntes en el precio del barril.
Irán es el tercer mayor productor de petróleo de Oriente Medio. El acuerdo para frenar su programa nuclear (firmado con EE UU, bajo la Administración Obama, y con la Unión Europea) permitió que el país de los ayatolás volviera al mercado del crudo tras décadas de sanciones. Sin embargo, el nuevo inquilino de la Casa Blanca dio por roto ese pacto y optó por restablecer las sanciones.
Muchas empresas que habían vuelto a comprar petróleo a Irán ya han decidido abandonar el país, y las ventas se han desplomado un 37% desde que Trump anunció la vuelta de la mano dura con Irán.
Los expertos calculan que, una vez que las sanciones se hagan plenamente efectivas, se producirá la mayor caída en la producción de crudo desde que estalló la guerra civil de Libia hace una década.
Hay algunos síntomas de que los efectos no serán tan graves como pudiera parecer. Algunos compradores han logrado exenciones parciales y, además, otros productores, como Arabia Saudí, ha optado por aumentar su capacidad.
El precio del barril de petróleo ya descontó el mes pasado estas posibles restricciones. Llegó a tocar los 77 dólares, un máximo de los últimos cuatro años. En las dos últimas semanas, los precios han caído por el temor a que una ralentización de la economía mundial haga caer la demanda.
“Las exportaciones de petróleo por parte de Irán están reduciéndose rápidamente y es posible que caigan mucho más en las próximas semanas”, ha explicado Faith Birol, director ejecutivo de la Agencia Internacional de la Energía a la agencia Bloomberg.
La Administración Trump ha mandado señales mixtas sobre el grado de rigor que impondrá en el cumplimiento de las sanciones. En un primer momento aseguró que su objetivo es que Irán se viera obligado a reducir por completo su producción de petróleo, pero después ha trascendido que EE UU va a permitir que ocho países (entre los que se incluyen Japón, India y Corea del Sur) sigan comprando crudo iraní temporalmente.
Por ahora se ha registrado ya una caída de 1,1 millones de barriles de petróleo diarios enviados desde Irán. La producción en octubre ascendió a 1,76 millones de barriles diarios, una cantidad equivalente a toda la producida en el Mar del Norte.
“Creemos que buena parte del impacto en precio aún no se ha recogido”, explica Mike Wittner, jefe de investigación sobre el mercado petrolífero del banco francés Société Générale. “En los próximos meses veremos presiones alcistas en los precios”.
Los gobiernos europeos no ha impuesto sanciones a Irán ya que no consideran que haya incumplido el acuerdo nuclear. Sin embargo, sus grandes petroleras como Total o Shell han decidido cortar con Irán por la amenaza de sanciones.