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Trapa acumula pérdidas de 20 millones en sus cinco primeros años pos Rumasa

Se dejó seis millones en 2017, uno más que en el ejercicio anterior El consejo cesó al director general por las “pérdidas considerables”

Javier García Ropero

La administración concursal lo definió como una de las mayores estafas de España, al nivel del caso Afinsa. Fue el saqueo del grupo Trapa, que derivó en una sentencia de inhabilitación por 15 años al fallecido empresario José María Ruiz Mateos, dueño de Nueva Rumasa, y a pagar 128 millones a sus acreedores, tras declarar culpable el concurso de las sociedades que componían de la compañía.

En 2013, la sociedad Europraliné se hizo con Trapa para reflotarla y olvidar el legado de los Ruiz Mateos, que habían dejado la chocolatera instalada en Dueñas (Palencia) con unas infraestructuras precarias y una plantilla a la que se les adeudaba cerca de 140.000 euros.

Sin embargo, esa labor está demostrándose más dura de lo esperado. Europraliné cerró 2017 con unas pérdidas de 6,1 millones de euros, un 22% más que en 2016, mientras que sus ingresos crecieron un 3%, de 7,5 millones a 7,8, según consta en las cuentas depositadas en el Registro Mercantil. Desde 2013 Europraliné acumula pérdidas de 20 millones.

En la compañía se explican los datos por la intensa inversión que se ha acometido para la modernizar las instalaciones de Dueñas, a las que se ha dotado de más capacidad productiva y personal. En 2017, una media de 127 personas trabajaron en Trapa, frente a 93 en 2016. “Hemos conseguido ser la empresa chocolatera más moderna de España”, defienden desde la compañía.

Pero sus cuentas reflejan el cese en marzo de su director general, Carlos Monzón, en el cargo desde 2013, por la irregular marcha del negocio. “Tras cinco años de gestión, y a pesar del dinero invertido por los socios, la sociedad no ha incrementado su facturación y tiene pérdidas considerables”, puede leerse. Monzón ha demandado a la empresa por despido improcedente y le reclama casi 40.000 euros, pleito que se resolverá en noviembre.

La empresa ha decidido no contratar otro director general, y sus funciones se las reparten Gerardo Fernández, presidente y consejero delegado, y Rubén Fernández, vicepresidente. Ambos son sobrinos de Mercedes Calvo, dueña de Europraliné a través de la sociedad Valdequinilla, poseedora del 17% de las acciones de Mahou-San Miguel. Europraliné debía a cierre de 2017 33 millones a Valdequinilla por las inversiones realizadas. “La propiedad cree en este proyecto y va seguir a apostando como lo ha hecho desde el principio”, explican desde Trapa.

Esperan mejorar un 50% su resultado en 2018

Previsión. Pese a los resultados cosechados hasta ahora, desde la chocolatera defienden su proyecto a largo plazo. Fuentes de la misma indican que los ingresos de 2017 ya se han cubierto, y se espera cerrar el año con un 40% más de ventas, frente al 3% del año anterior. También cuentan con reducir las pérdidas a la mitad, aunque no detallan cuándo esperan ser rentables.

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Sobre la firma

Javier García Ropero
Redactor de la sección de empresas, especializado en distribución, gran consumo y economía del deporte. Licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid y Especialista en información económica de la UIMP. Desarrolla su carrera en CincoDías desde 2011 tras haber pasado por El Mundo y Vocento.

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