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El mercado se prepara para el cambio de rumbo

El alza de la deuda en EE UU da otro aviso de que el punto de inflexión a un mercado bajista está más cerca La rebaja de la previsión de crecimiento mundial es un aviso de la desaceleración de la economía y su efecto en las Bolsas

EFE

Las Bolsas se mueven en terreno cada vez más pantanoso. La semana ha dejado nuevos momentos de sobresalto, parecidos a los vividos en los primeros días de febrero. Entonces se produjo la primera llamada de atención, la primera sacudida de cierta magnitud después de años de rally ininterrumpido. Como en aquella fecha, el detonante de las pronunciadas ventas bursátiles de estos días ha sido el alza en la rentabilidad del bono estadounidense, que ha trepado a máximos de los últimos siete años. La fortaleza de la economía estadounidense no deja de sorprender, aunque en el mercado también sea vox pópuli que su declive va a ser cuestión de tiempo, una vez se evapore el efecto positivo de la reforma fiscal y comience a hacer mella el proteccionismo.

El alza del treasury estadounidense ha rescatado de nuevo el temor a una subida de tipos en EE UU, más intensa de lo previsto y precipitada por el ascenso del precio del petróleo, que ha alcanzado niveles de los últimos cuatro años y que algunas firmas de análisis ven en los 100 dólares a finales de 2018. Se ha desatado una vez más la lógica incontrolable de anticipar que tales subidas de tipos pueden ser la señal definitiva para el cambio de ciclo, ya sin estímulos monetarios y en la que lo siguiente es esperar la llegada de una nueva recesión.

Las ventas de la jornada del jueves se cebaron especialmente en Wall Street, que hasta el momento había ignorado evidencias como el impacto que puede llegar a tener en la propia economía estadounidense la guerra comercial –sobre lo que advirtió esta misma semana el FMI– o el castigo que el alza del dólar está provocando en los mercados emergentes. El Nasdaq registró el miércoles una caída del 4%, la mayor desde el brexit, y el S&P perdió otro 3,29%, mostrando la rapidez con que los inversores están dispuestos a recoger beneficios de índices que se han revalorizado como la espuma y para los que, en algún momento, se espera un cambio de tercio.

“Estamos cada vez más cerca de un cambio de ciclo, aunque nadie sepa cuándo va a producirse. Hay muchos factores que apuntan a ello, como sucedió este verano con la crisis turca o la atención puesta ahora en el nivel de tipos de interés en Estados Unidos”, explica Miguel Forteza, asesor de inversiones de banca privada de Citi en España.

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Corrección con pies de plomo

Las oscilaciones del mercado y el punto de madurez del presente ciclo económico y bursátil invitan a la prudencia y los gestores asumen la creciente dificultad para obtener rentabilidades. “Los fundamentales de la economía son sólidos aunque hay un número de riesgos mucho mayor de los que hemos visto en los últimos años. La flexibilidad es clave dado que estamos ante el fin de la era de estímulos monetarios”, señala Oliver Blackbourn, gestor del equipo multi-activo de Janus Henderson.

La tesis mayoritaria que circula entre las casas de análisis apunta a que lo vivido en las últimas sesiones es solo un aviso de lo que está por llegar, pero que el inicio del punto de inflexión no se ha producido.

Los principales indicadores del riesgo

Petróleo. En lo que va de año el Brent suma cerca de un 20% y se sitúa en los 80 dólares. El ascenso en el precio del crudo añade presión a las tensiones inflacionistas y podría desencadenar una aceleración de la subida de tipos en EE UU. La evolución del petróleo en el corto plazo está en manos de la OPEP que noviembre volverá a reunirse. El cártel tiene sobre la mesa la posibilidad de abrir la mano y elevar la producción, medida que ayudaría a rebajar las tensiones.

Euro. La divergencia de políticas monetarias entre el BCE y la Fed tiene su efecto en la cotización del euro. A esto se suman las tensiones políticas que existen en el seno de la zona euro, con Italia ahora en el punto de mira. En lo que va de año la moneda europea cede un 3% y se sitúa al filo de los 1,16 dólares.

Bono alemán, activo refugio. En momentos de inestabilidad como el actual la deuda germana saca partido y se convierte en uno de los activos refugio por excelencia. La rentabilidad del bono a 10 años cae por debajo del 0,5%.

Prima de riesgo italiana. El desafío italiano a Bruselas tiene sus consecuencias y el mercado de deuda está pagando las consecuencias con la prima de riesgo en los 306 puntos básicos.

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