Los expertos piden retener el talento ‘sénior’ frente al reto del envejecimiento
Varios directivos defienden la necesidad de una legislación más flexible y de invertir en formación continua
El futuro del mercado laboral se enfrenta a grandes retos. Globalización y movilidad del empleo, incorporación de los millenials, inclusión y formación en inteligencia artificial, y gestión de unas plantillas cada vez más envejecidas. De todo ello han debatido varios expertos este martes en un foro organizado por Mapfre y la Deusto Business School, poniendo especial énfasis en la necesidad de retener el talento sénior y en la importancia de la actualización constante en un mundo donde el conocimiento se queda obsoleto cada vez más rápido.
El aumento de la esperanza de vida y el envejecimiento de la población están transformando el mercado laboral. Se trata de un panorama que plantea muchos desafíos y oportunidades, y que algunos expertos ya tildan como la "economía de las canas". Para acomodarse al gran reto que supone este cambio demográfico, el presidente del despacho laboralista Sagardoy Abogados, Íñigo Sagardoy, ha pedido “apertura de miras” y ha criticado que la regulación española no esté dando respuesta a este desafío.
“En la legislación actual no hay nada que incentive a retener el talento sénior. La ley no contempla figuras de flexibilidad para que estos empleados se tomen un año sabático para reciclarse y formarse”, ha incidido, algo que, ha dicho, sí existe ya en países como Reino Unido. Sagardoy se ha mostrado pesimista en cuanto a la adecuación de la legislación a las nuevas necesidades del mercado de trabajo. "Tristemente, la ley va siempre por detrás y las dinámicas son difíciles de romper, más aún en el ámbito de la negociación colectiva con los sindicatos", ha opinado.
Pero no se trata solo de actualizar la regulación, sino también de un cambio de mentalidad entre los propios empleados. "Con 55 años no hay que pensar que ya se está con un pie fuera del mercado laboral, sino que hay que aspirar a seguir creciendo profesionalmente", ha animado el consejero ejecutivo y director general de personas, medios y tecnología de Bankia, Antonio Ortega. Para este experto del mundo de la banca, la formación constante va a ser el elemento clave para encarar el reto del envejecimiento en las empresas. "Tendremos que desaprender muchas cosas, cuestionar modelos de negocio que nos llevaron al éxito y replantear conocimientos que habíamos interiorizado y que teníamos por inamovibles", ha destacado.
En un mundo que cambia cada vez a mayor velocidad, la actualización no es solo una tarea de los trabajadores más mayores, sino una "obligación" de las empresas en su conjunto, así lo ha defendido la directora de recursos humanos de IBM, Pilar Pons. "El 100% de los trabajos se van a transformar y las capacidades que hoy tenemos probablemente no sean las que necesitemos en cinco o 10 años", ha vaticinado, razón por la que ha señalado la necesidad de un estar "en un modo de aprendizaje continuo" y "salir de nuestra zona de confort".
Inmersos en pleno cambio digital y tecnológico, una "revolución" que el profesor de Finanzas de Icade Luis Garvía no ha dudado en tildar de "mucho más salvaje que la llegada de la imprenta", las empresas también están precisando de nuevos perfiles que no siempre encuentran entre los trabajadores. "Los conocimientos son cada vez más obsoletos y el mercado laboral no avanza al ritmo que nos gustaría", ha diagnosticado la directora general de recursos humanos de Mapfre, Elena Sanz.
Esta experta, que también ha sido la primera mujer en acceder al comité ejecutivo de la entidad, ha indicado que si bien siguen siendo necesarias profesiones tradicionales como ingenieros, abogados, o economistas, la disrupción tecnológica ha abierto la puerta a una nueva ola de puestos relacionados con lo digital: "venta, marketing, estrategia, estadística, análisis de datos y de comportamientos de conducta, ciberseguridad" y un largo etcétera.
En esta misma línea, la directora de recursos humanos de IBM ha señalado que el desarrollo de la inteligencia artificial, esto es, "de robots que entienden, razonan e interactúan", precisa de personas que sean "capaces de enseñar a las máquinas". Un nicho que, según la responsable de Mapfre, demanda no solo habilidades técnicas y científicas, sino también otras vinculadas con el mundo de las humanidades. "Los filólogos, que hasta hace poco no tenían muchas salidas profesionales, ahora se están pidiendo para enseñar a hablar a los robots", ha ejemplificado. Con todo, Sanz ha querido dar visión optimista del futuro del mercado laboral y ha vaticinado que los robots, lejos de sustituir a las personas, van a liberarlas de las tareas más repetitivas para que puedan dedicarse a otras mucho más creativas.