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Almería, mucho más que un plató natural

La riqueza histórica de la ciudad confluye con la natural El tapeo forma parte de la cultura de los almerienses

La alcazaba de Almería.
La alcazaba de Almería.Marce Redondo

El mar, un clima privilegiado, gente sociable, la cultura del tapeo, patrimonio… Almería, una ciudad tranquila, alejada de la masificación turística, tiene sus orígenes en tiempos prehistóricos, pero fue en el año 955 cuando los árabes la fundaron. De esa etapa conserva la alcazaba, la mezquita mayor, aljibes, murallas... Testigo principal de la presencia musulmana en España, su huella se palpa en el ambiente de sus calles y se aprecia en el aliño de sus platos.

Recorrer los barrios que han ido configurando la capital almeriense nos aproxima a su historia y a sus monumentos, con la alcazaba como icono. En la ciudadela más grande construida por los árabes en España nos esperan el palacio de Al-Mutasim, la mezquita –convertida en iglesia en el siglo XV–, los baños y las murallas que se extienden por el cerro de San Cristóbal, en cuyas faldas está el barrio de La Medina con sus teterías.

La alcazaba, el emblema de Almería, es la ciudadela más grande construida por los árabes en España

En el centro, también conocido como la Almería Conventual, destaca la catedral de la Encarnación, un excelente ejemplo de templo fortaleza, de aspecto exterior robusto e imponente e interior gótico y renacentista. Fue construida, tras el devastador terremoto de 1522, tanto para el culto como para proteger a la población de los ataques de los piratas berberiscos.

No hay que perderse una visita guiada a los refugios, construidos en 1938 por el arquitecto almeriense Guillermo Langle, con el mismo propósito: proteger a los almerienses, en este caso, de los bombardeos fascistas que sufrió la ciudad durante la Guerra Civil. Aunque los túneles superan los cuatro kilómetros y medio, solo el más largo, situado bajo el paseo de Almería, está abierto al público.

Vista de la catedral de Almería.
Vista de la catedral de Almería.M.R.

Callejear por la ciudad y tomar unas tapas es tan reconfortante como recorrer el barrio pesquero o La Chanca, el barrio que tanto impactó a Juan Goytisolo cuando lo visitó hace más de 50 años y al que dedicó un libro, prohibido en España durante el franquismo, para después acercarse al puerto y sorprenderse con el Cable Inglés, cuyo nombre real es El Alquife, un cargadero de mineral construido en 1904. Es la huella más visible de la actividad minera del pasado, además de ser un exponente de la arquitectura de hierro que se desarrolló en la urbe a principios del siglo XX.

Almería ha sido ­elegida como localización para diferentes películas (Conan el Bárbaro, Cleopatra, Indiana Jones y la última cruzada…), apareció en la sexta temporada de Juego de tronos y, mucho antes, fue escenario de numerosos wésterns. Incluso tiene su propio Paseo de la Fama, al estilo de Hollywood, del que forman parte Omar Sharif, Ridley Scott, Arnold Schwarzenegger, Ángela Molina o Catherine Deneuve. Pero es mucho más que un escenario cinematográfico. La riqueza histórica y monumental de la ciudad confluye con la natural en la costa, en las torres vigías, los acantilados, las calas vírgenes, en el paradisiaco Parque Natural Cabo de Gata. Almería, una tierra de contrastes.

Capital gastronómica

Además de patrimonio y naturaleza, Almería goza de una sobresaliente gastronomía que quiere incorporar a su oferta turística. Por eso compite para ser Capital de la Gastronomía Española 2019. Atractivos no le faltan. Además de la excelencia de sus productos, Almería está plagada de locales para tapear y disfrutar de su oferta culinaria.

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