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Tribuna
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Por una economía con propósito

Las empresas son conscientes de que necesitan un compromiso para mejorar e impactar en su entorno

Pixabay

El propósito se ha convertido en la brújula que todas las compañías están buscando en los últimos años para dar sentido a su misión, visión y valores y a la manera en la que se relacionan con la sociedad en la que desarrollan su actividad. Las empresas son conscientes, por lo menos algunas, de que ya no vale sólo con obtener beneficios, que por otra parte también son necesarios para su sostenibilidad, sino que necesitan un compromiso real y tangible de su apuesta por mejorar e impactar en su entorno, atendiendo las demandas de los grupos de interés. Además, saben que ya no vale con hacer las cosas de cualquier manera y buscar caminos más cortos para lograr los objetivos.

Para alcanzar la economía del propósito, hay que situar a la persona en el centro de todas las decisiones de las empresas. Tanto a la hora de diseñar productos y servicios orientados a mejorar nuestra calidad de vida, como a crear entornos de trabajo que consigan que sus empleados se sientan orgullosos de formar parte de un proyecto que mejora la sociedad. “Redesigning the Good life: Brands Serving Humanity” (“Rediseñando la buena vida: Marcas que se ponen al servicio de la humanidad”) es el lema de cuarta edición de Sustainable Brands Madrid 2018, un evento que se celebrará entre el próximo 7 y 9 de octubre y que impulsamos nosotros.

El objetivo del encuentro es analizar las claves necesarias para rediseñar nuestro modelo económico, social y medioambiental en un momento en el que el concepto de “la buena vida”, entendida como una vida en igualdad de oportunidades para todos, independientemente del lugar de nacimiento, parece más necesario que nunca por la pérdida de confianza a nivel global en empresas, instituciones, tercer sector y medios de comunicación, donde la desigualdad sigue aumentando y los estados de bienestar se cuestionan. Además, la desinformación y las mentiras parece que están ganando la partida a la información y la transparencia.

Ante esta coyuntura, las empresas tienen una gran oportunidad para ponerse al servicio de las personas, generando productos y servicios que mejoren nuestra día a día, además de convertirse en marcas en las que las personas se sientan orgullosas de trabajar y conecten su propósito personal con el de compañía para la que trabajan. Para ello, también es necesario que las empresas se atrevan a generar ese cambio sistémico apoyándose en la innovación como palanca de transformación.

En la economía del propósito se tiene que sustentar en la persona como pilar sobre el que construir el relato corporativo. La persona como el principio de toda actividad empresarial y las personas como destinatarios y beneficiarios de sus productos y servicios. Si una marca asume su propósito como su hoja de ruta y el desarrollo sostenible está presente en la estrategia y la toma de decisiones, sólo encontrará beneficios que se traducirán en mayores ingresos y ventas, más confianza de los inversores, empleados más comprometidos y productivos, y grupos de interés más satisfechos con el desempeño de la empresa.

Una vez que el propósito y la sostenibilidad impregnen el día a día de las compañías, las marcas tendrían que dar un paso al frente y apostar por el activismo corporativo. Ante los retos globales, es necesario que se impliquen en cuestiones sociopolíticas para transformar las demandas sociales y mejorar la sociedad. Porque las empresas tienen que rediseñar su propósito también en clave social, no sólo económica.

En la actualidad, no muchas empresas se han atrevido a dar ese paso y a izar la bandera de sostenibilidad y la transparencia como sus señas de identidad. Patagonia o Ben & Jerry’s son casos excepcionales que han hecho del propósito y de su apuesta por el desarrollo sostenible su mejor carta de presentación. Además, han conseguido que sus clientes y consumidores sean los mejores embajadores de marca.

Todos estamos esperando a más empresas que hagan del propósito y de la sostenibilidad su cuaderno de bitácora porque todos saldremos ganando con marcas donde la economía del propósito es la base de su actividad y no la especulación o la búsqueda de dinero fácil. Como consumidores y ciudadanos tenemos que impulsar con nuestras demandas ese nuevo orden económico y social en el que la persona vuelva a ser el centro de todo.

Sandra Pina es socia de Quiero y directora de Sustainable Brands Madrid 2018

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