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Las empresas de EE UU también se rebelan contra el proteccionismo de Trump

La Cámara de Comercio inicia una campaña contraria a los aranceles Avisa del impacto negativo para los consumidores estadounidenses

Tom Donohue, presidente de la Cámara de Comercio de EE UU.
Tom Donohue, presidente de la Cámara de Comercio de EE UU. Reuters

No solo los principales socios comerciales de EE UU se rebelan contra Trump. Las empresas norteamericanas también se han manifestado en contra de la guerra comercial que ha desatado desde principios de año. La Cámara de Comercio de EE UU, uno de los mayores lobbies empresariales del gigante norteamericano, integrado por 3.000 socios, ha iniciado una campaña en la que pretenden mostrar que la guerra comercial puede afectar al bolsillo de los consumidores norteamericanos. “La administración está tratando de socavar el progreso económico que tanto esfuerzo costó en conseguir. Debemos buscar un comercio libre y justo, pero ese no es el camino para hacerlo”, dijo a Reuters Tom Donohue, presidente de la Cámara de Comercio de EE UU.

Este organismo ha sido tradicionalmente muy cercano a los candidatos republicanos y apoyó de forma decisiva a Donald Trump para que aprobará la reforma fiscal que rebajaba los impuestos a las empresas en diciembre de 2017. Esa nueva norma llevó el tipo medio del impuesto a las sociedades del 31% al 21% y provocó una fuerte euforia en los principales índices bursátiles en EE UU, que tocaron máximos históricos coincidiendo con su aprobación.

El principal miedo de las empresas que componen la Cámara se centra en las represalias que están adoptando los distintos socios comerciales de EE UU ante la imposición de aranceles, lo que les puede provocar una pérdida de ventas en mercados cruciales. El más rápido en responder ha sido la Unión Europea, a cuyas empresas se les aplica desde el pasado 1 de julio un arancel del 25% a las exportaciones de acero y otro del 10% para las de aluminio. La réplica desde Bruselas llegó 21 días después: ha impuesto un arancel del 25% a una lista de 200 productos, entre los que se encuentran artículos como las motocicletas Harley-Davidson o el whisky Jack Daniel´s, por 2.800 millones. Es solo la primera respuesta, ya que la Organización Mundial de Comercio no le permite imponer más aranceles al menos que hayan transcurrido otros tres años. Si Trump no da marcha atrás en los próximos tres años, Bruselas aplicará una segunda fase de aranceles por otros 3.600 millones.

Esos aranceles ya han generado una fuerte tensión entre Trump y las empresas afectadas. Harley-Davidson anunció el pasado día 22 el desvío de producción fuera de la Unión Europea para esquivar los aranceles que ha impuesto a sus motocicletas. Europea es el segundo mercado más importante para el fabricante de motos, después de EE UU, con unas ventas de 40.000 unidades al año. El presidente estadounidense criticó al fabricante y denunció sus prisas para deslocalizar producción. Detrás de la UE va Canadá, que desde el viernes ha implantando aranceles por valor de 10.825 millones de euros; China, que prevé aplicar un arancel del 25% a la soja de EE UU a partir de julio y México que hará lo mismo con las exportaciones estadounidenses de cerdo.

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