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La aeronáutica vasca participa al 15 % en el programa 'Clean Sky' de la UE

Iniciativa de Bruselas para que Europa lidere los aviones de nueva generación El sector necesita mayor presencia femenina y encara su primer relevo generacional

Un técnico de ITP Aero en la fábrica del grupo en Zamudio (Bizkaia).
Un técnico de ITP Aero en la fábrica del grupo en Zamudio (Bizkaia).

El sector aeronáutico vasco participa de una forma muy activa en el desarrollo de los aviones de nueva generación, impulsados por el programa comunitario Clean Sky, que está en su segunda fase. Esa iniciativa busca aeronaves con un menor peso que asimismo posibilite la reducción del consumo de combustible.

Sin perder de vista el impacto medioambiental, puesto que otro de los objetivos de Clean Sky es el del recorte del ruido que provocan los vuelos. Todo ello sin rebajar los altos estándares de seguridad de esta industria.

Como ha destacado el cluster del sector Hegan, nueve empresas vascas participan en este programa como socios principales por su compromiso de permanencia a largo plazo. Son Aernnova, ITP Aero y Aciturri. También forman parte de este grupo las compañías Altran, CTA, Danobat, DMP y los centros tecnológicos IK4 y Tecnalia.

Con otro nivel de relación con la plataforma Clean Sky, asimismo están en el programa de la CE otras empresas de Euskadi, como Sener, Ayesa Air Control, y Batz Aerospace, además de la Universidad del País Vasco (UPV/EHU) y el centro de investigación Cidetec.

Airbus y Boeing estiman que serán necesarias 35.000 nuevas aeronaves hasta 2036

En total, catorce entidades ligadas al proyecto de las autoridades de Bruselas. La representación vasca concentra por tanto participación del 14,89 % en Clean Sky. Es la segunda región europea con mayor protagonismo en Clean Sky, tras solo por detrás de la zona italiana de Campania, según los datos de Hegan.

Y es que los 64 socios de Hegan se toman muy en serio todo lo relacionado con los avances tecnológicos. En 2017 invirtieron 201 millones en investigación, un 34 % más que en 2016.

Un esfuerzo que supone el 8,3 % de las ventas totales. La industria aeronáutica vasca es una de las que más recursos aporta al área de I + D + i, tanto financieros como humanos. Hasta 1.600 ingenieros se dedican en exclusiva a estudios de laboratorio.

Esa vocación garantiza el futuro de un sector que tiene que estar siempre a la última a nivel tecnológico. De hecho, Euskadi cuenta desde el año pasado con el Centro de Fabricación Avanzada Aeronáutica (CFAA), ubicado en Zamudio e impulsado por ITP Aero.

Otra consecuencia en 2017 de esa apuesta por la investigación fue que los socios de Hegan participaron durante el ejercicio pasado en 181 proyectos de I + D + i, entre ellos el citado Clean Sky.

Hay que estar en la primera línea tecnológica para ganar presencia en un mercado con una gran demanda mundial de aviones.

Los constructores Airbus y Boeing calculan que hasta 2036 esta industria tendrá que entregar 35.000 nuevas aeronaves. En el segmento de vuelos regionales, con aparatos de 60 a 140 asientos, el grupo Embraer estima una demanda de 6.400 unidades, también para el comentado año de referencia.

Por su parte, Bombardier eleva esa proyección a las 12.550 aeronaves. Los datos contabilizados en 2017 avalan esas previsiones. Boeing y Airbus entregaron 1.481 unidades, 45 más que en 2016. Y este ejercicio ha arrancado con más de 14.000 pedidos de aviones comerciales, según un estudio de Deloitte.

Un volumen que garantiza la carga de trabajo para los próximos nueve años. Detrás de esas cifras está la explosión del tráfico mundial de pasajeros. Nuevos viajeros que proceden de los mercados emergentes, donde se está consolidando una clase media con mayor capacidad de gasto.

El cambio cultural también ayuda. El ocio está más relacionado que nunca con el hecho de viajar. Internet también juega a favor de la industria aeronáutica. Las plataformas digitales, con promociones sin fin de vuelos a precios bajos, animan a ir a los aeropuertos a los futuros turistas, sobre todo a los jóvenes.

Un estudio de eMarketer especifica que las contrataciones on line de viajes crecerán más de un 40 % hasta 2021.

Desde el inicio de este siglo, solo se han registrado dos hitos negativos para esta industria. Los atentados terroristas con aviones el 11 de septiembre en Estados Unidos (EE. UU.) desplomaron en 2002 los vuelos de pasajeros. La pasada crisis económica también dejó sin pasajeros en 2009 a las aerolíneas. Fueron los dos únicos momentos en casi dos décadas en los que las fábricas del sector tuvieron que recortar su actividad.

Los socios de Hegan quieren aprovechar todas estas oportunidades que llegan con viento a favor. Pero también hay nubes en el horizonte. Desde el cluster advierten que el sector tiene por delante el reto de “encontrar técnicos de alta cualificación”, por el vacío que dejarán los profesionales que se jubilan.

No hay que olvidar que este sector nació hace veinte años en Euskadi y por tanto afronta su primer relevo generacional. En Hegan ya trabajan para inculcar vocaciones aeronáuticas entre los mejores estudiantes. Otro de los desafíos es la necesidad de incorporar más mujeres a esta industria. El 21,75 % del empleo en esta industria es femenino, sobre un colectivo total integrado por 14.457 profesionales al cierre del pasado ejercicio, tras un incremento del 6,2 % sobre la cifra de 2016.

Hegan prevé para 2018 un aumento del 2 % en el ámbito del empleo, en base a una subida de las ventas del 4 %, lo que situaría el volumen de facturación del sector por encima de los 2.500 millones. Esas estimaciones son muy prudentes por las buenas expectativas del mercado, que en 2017 propiciaron incrementos del 6,2 % del empleo y del 7,9 % en las ventas.

Con casi 4.900 personas trabajando para este sector en Euskadi, tras las 300 contrataciones realizadas en 2017, la industria aeronáutica supone el 2,43 % del empleo del ámbito fabril. Y se trata de profesionales bien cualificados y remunerados, en empresas con la actividad asegurada para las dos próximas décadas.

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