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Draghi mantiene sus planes pese a admitir que el crecimiento se enfría

El presidente atribuye los recientes datos a factores estacionales como huelgas, el clima o la Semana Santa Vuelve a alertar sobre el riesgo que suponen las políticas proteccionistas

Mario Draghi, presidente del BCE
Mario Draghi, presidente del BCEEFE

El BCE no ha modificado una coma de su política monetaria y hoy mantuvo sin cambios los tipos en el cero y la facilidad de depósito en el -0,4%, además de prolongar las compras de deuda por 30.000 millones de euros al menos hasta septiembre y de recordar que los tipos seguirán bajos durante un largo período de tiempo, mucho tiempo después de que se hayan terminado las compras netas de activos.

Pero aunque no hay cambios en las medidas de estímulos, Draghi sí ha reconocido que el BCE analiza con lupa el actual escenario económico de la zona euro, marcado por la amenaza de proteccionismo lanzada por Estados Unidos –que no da tregua a la fortaleza del euro frente al billete verde- y por unos indicadores económicos algo más flojos.

El presidente del BCE ha reconocido que algunos indicadores económicos apuntan a un crecimiento algo más reducido que el observado a finales de año, si bien afirma que su moderación se debería a factores puntuales y que el crecimiento de la zona euro sigue siendo sólido y sostenido por la demanda interna. Tales factores puntuales serían el frío, las huelgas o la Semana Santa en algunos países, según ha señalado Draghi, que ha justificado que esa moderación, inesperada en algunos casos, viene después de un fuerte crecimiento de la zona euro. "Casi todos los países de la zona euro han experimentado una moderación del crecimiento o una pérdida de momentum", reconoce Draghi.

Pero el presidente del BCE ha apuntado también al impacto potencial del proteccionismo sobre la economía. Ha reconocido que aún es difícil saber el alcance de la "retórica" proteccionista de Estados Unidos. Y aunque ha señalado que no parece que vaya a ser "sustancial", sí ha apuntado su efecto sobre la confianza y el riesgo consecuente de impactar sobre el crecimiento. "No somos indiferentes", reconoce Draghi. El presidente del BCE afirma que la institución estudia el alcance que puede tener el proteccionismo que, por otro lado, llega cuando la economía de la zona euro viene de crecer a un ritmo muy fuerte. "La lectura de lo sucedido en lo que va de año es muy importante para decidir los próximos pasos en política monetaria. Hay que entender primero qué pasa y ponerlo en contexto. Saber si es el principio de un declive o una normalización tras un fuerte crecimiento", ha afirmado el presidente del BCE.

De cualquier modo, Draghi ha insistido en que tal moderación económica de la zona euro no mina la confianza de la institución en cumplir sus objetivos de inflación. Y ha reiterado la necesidad de ser paciente y persistente para su consecución.  Tras su mensaje, el euro ha alcanzado máximos del día en los 1,22 dólares. .

Draghi continúa sin apreciar alzas en la inflación subyacente, que aún necesitaría de los estímulos monetarios para repuntar. El presidente del BCE ha vuelto a reclamar además la necesidad de que las economías de la zona euro aborden reformas estructurales para afrontar sus vulnerabilidades, como los altos niveles de endeudamiento de algunos países, y para aprovechar todo el potencial de crecimiento económico, en paralelo a los estímulos monetarios. En este sentido, y después de que las iniciativas de Macron de profundizar en la integración de la zona euro hayan encontrado cierto freno en Merkel, Draghi ha señalado que "todos los líderes políticos deben ser conscientes de la fragilidad de la zona euro si no hay progresos". Draghi ha reivindicado la necesidad de profundizar en la unión bancaria y en que a futuro se compartan los riesgos. "Debemos ser pacientes, no hay alternativa", ha apuntalado Draghi.

La decisión de no modificar su política monetaria era la esperada por analistas e inversores, que prevén que el BCE defina su hoja de ruta para la retirada de estímulos en la reunión de junio. En especial, deberá resolver la duda de si las compras de deuda finalizan del todo en septiembre o si se prolongan. La previsión mayoritaria es que se reduzcan de forma gradual hasta finalizar del todo en diciembre.

El BCE ya eliminó en marzo la mención a la posibilidad de elevar las compras mensuales de deuda en el caso de que fuera necesario y la situación económica se deteriorase.

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