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Los negocios que crean las escuelas de negocios

Las entidades educativas ejercen de polo de atracción de alumnos extranjeros que dejan millones de euros anuales en España tras las clases

Muchos alumnos se reúnen para estudiar en cafeterías cercanas a las escuelas, como esta en la calle Serrano de Madrid
Muchos alumnos se reúnen para estudiar en cafeterías cercanas a las escuelas, como esta en la calle Serrano de Madrid

Año tras año, las escuelas de negocios españolas aparecen entre los mejores centros donde estudiar, rankings que no pasan desapercibidos para quienes buscan completar su formación.

Ivan Bofarull, director de iniciativas estratégicas de ESADE Business School, asegura que “más de 100.000 estudiantes de todo el mundo realizan cada año el test del Graduate Management Admission Test (GMAT), el estándar que da acceso a los programas MBA más prestigiosos. De estos, casi dos tercios envían solicitudes a escuelas de negocios situadas fuera de sus países de origen”. Y Barcelona y Madrid, sede de los más reconocidos centros españoles, reciben centenares de estos alumnos, en algunos casos directivos, con alto poder adquisitivo, que residen y consumen en nuestro país. Es más, el 25% de los estudiantes de las escuelas son extranjeros. De ellos, el 75% latinoamericanos.

Barcelona, de hecho, es la sexta ciudad del mundo en atracción de talento internacional para hacer uno de esos cursos, según MBA City Monitor 2017 de ESADE. El año pasado registró 924 alumnos foráneos. Madrid es la segunda ciudad española, con 520 matrículas de extranjeros en los MBA.

La repercusión económica para las ciudades de estos titulados o profesionales metidos a estudiantes no es poca. Empezando por el dinero que pagan por la formación. La edición de 2015 del mencionado estudio de ESADE cifraba el gasto medio de matrícula en 61.556 euros en las escuelas de Barcelona. El coste medio de estancia, en 25.000 euros al año. Cifras que llevan a concluir a los responsables del trabajo que los estudiantes foráneos de MBA aportan unos 60 millones de euros de impacto directo anualizado a la ciudad. Por su parte, IESE Business School cifra en 83.370 euros el desembolso total de los 24 meses que dura el MBA en su centro (el año pasado eran 77.000). A eso hay que añadir, según sus cálculos, unos 2.100 euros mensuales de alojamiento, manutención, transporte, ocio, etcétera.

Teniendo en cuenta que sus estudiantes suelen elegir pisos compartidos, Antonio Alcántara, responsable de Erasmus de ESIC, calcula unos gastos “que varían en función de la ciudad elegida, siendo Barcelona y Madrid las más caras, con un coste medio de 500 euros. En nuestros campus de ciudades más pequeñas pueden pagar 200 euros”, explica. A eso habría que añadir que “un alumno con un consumo medio, entre suministros domésticos, manutención y viajes, puede abonar otros 400 euros más al mes”.

Costes que el estudiante conoce con anticipación a su llegada, ya que “se les envía toda la información de su matrícula, así como una guía de movilidad donde se abordan todos los temas relacionados con su estancia en España (alojamiento, visión general tanto de España como de la ciudad donde van a estudiar, y de ESIC y su régimen académico). Se les da una idea del nivel de vida que van a encontrar en su destino”. Esta institución cobra 600 euros de la matrícula, además del precio del programa elegido.

Espacio de trabajo con ofertas para los estudiantes.
Espacio de trabajo con ofertas para los estudiantes.

Carolina Zorrilla, responsable del servicio de estudiantes de IE Business School, explica que cursar el programa Global MBA cuesta 47.200 euros. “En cuanto a los gastos de manutención, oscilan entre 1.000 y 1.600 euros mensuales, en función de si opta por alquilar una vivienda o vivir en residencia”, calcula.

Los otros beneficiados

Las escuelas de negocios también son las que se llevan la porción más jugosa del pastel que dejan los alumnos extranjeros, pero hay otros negocios que se benefician de estas estancias formativas. Empezando por el alojamiento: las agencias de alquiler de viviendas especializadas para alumnos de posgrado y directivos, residencias de estudiantes o colegios mayores orientados tanto a estudiantes universitarios como de posgrado, etcétera.

Nicanor Gómez Villegas, presidente del Consejo de Colegios Mayores Universitarios de España, ha constatado un aumento en los últimos años de este perfil de estudiantes “y, de hecho, en algunos colegios mayores tienen especial relevancia. En concreto, se ha elevado la presencia de estudiantes de máster y posgrado provenientes de Latinoamérica y también de Asia, gracias a un incremento de las becas de estudio en origen y a la firma de convenios de colaboración con universidades extranjeras”. Otros negocios que salen beneficiados, según Carolina Zorrilla, son “la restauración y wellness (deporte, peluquería, estética y fisioterapia) en las cercanías del campus”.

“Las empresas que organizan viajes y actividades de ocio y asociaciones que agrupan intereses comunes”, añade el responsable de ESIC. Es más, las propias escuelas ayudan en esa generación de negocio al poner en contacto a sus alumnos con agencias inmobiliarias, compañías de seguros médicos o incluso operadoras de telefonía móvil que ofrecen ventajas para ellos.

Una nueva industria

Las actividades económicas alrededor de la formación de estudiantes extranjeros no han pasado inadvertidas para organismos públicos como el ICEX. No solo ven una nueva fuente de riqueza, sino que creen que las escuelas de negocios con proyección internacional pueden atraer clientes del exterior (a menudo, los alumnos son ejecutivos) y esta actividad refuerza una imagen positiva de marca país a largo plazo. Además, la fidelización de los estudiantes los convierte, una vez que regresan a sus países de origen, en auténticos prescriptores del sistema educativo español y del país y sus productos y marcas.

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