El terrorismo lleva al viaje de negocios a una nueva dimensión
La seguridad preocupa a las empresas tras los últimos atentados en Europa Este y otros puntos del ‘business travel’ se debatirán en Expo Turismo de Negocios
De todos los sectores salpicados por las nuevas tendencias del mercado, el de los viajes de negocios o business travel es uno de los que más esfuerzos está haciendo por adaptarse. “Nos afectan los cambios en la oferta hotelera, la transformación de las aerolíneas, los nuevos métodos de pago, el alquiler de coches y las licencias VTC, la oferta de ocio, los cambios sociales... El viaje de negocios va mucho más allá del evento o reunión que motiva el desplazamiento”, explicó ayer el consejero delegado de IBTA, Juli Burriel, durante la presentación de la primera edición de la feria Expo Turismo de Negocios, que se celebrará en Ifema el 21 y 22 de mayo.
En este foro, prosiguió, organizaciones como Avasa, Gebta, TravelAdvisor o Viajes El Corte Inglés, se debatirán sobre todas las transformaciones de “un sector que mueve 1,3 trillones de euros anuales a nivel mundial y 19.000 millones de euros en España”, recordó Begoña Blanco, presidenta de IBTA. Algunas ideas que empiezan a cobrar peso, a raíz de los últimos atentados terroristas que han sufrido varias capitales europeas en los últimos años, son las relativas a la seguridad.
Con la alerta terrorista 4, prosiguió Juli Burriel, las empresas que necesitan organizar el viaje de uno o varios de sus profesionales han situado la seguridad en uno de los puntos clave. “Cuando se planifica el desplazamiento se analiza el destino, se ve cómo está esa ciudad o país a nivel de seguridad y se establece una política o medida para saber qué hacer en caso de que la persona muera o se lesione”, continuó. Muchas veces, las compañías no se preocupan por estos detalles hasta que algo sucede, “y se tiende a pensar, de forma errónea, que la política de prevención de riesgos laborales debe aplicarse solo de puertas hacia dentro de la empresa”, asegura.
Las medidas que las empresas exigen a los operadores de viajes y resto de agentes son muy variadas, ilustra este experto, quien incluso califica algunas de ellas de casi paranoicas. “Hay políticas que son raras, como no reservar habitaciones en plantas bajas, ya que a priori tienen más riesgo”. Otras firmas exigen que el hotel que contraten para alojar a sus trabajadores tenga mirillas en todas las puertas de las habitaciones, para que el profesional sepa quién llama antes de abrir. “También, en algunos destinos determinados, se suele alojar a las mujeres lo más lejos posible de la puerta de emergencia, por la que puede entrar alguien peligroso, y las compañías exigen que para subir en el ascensor del hotel necesites obligatoriamente la tarjeta de acceso”.
El sector también trata de dar respuesta al bleisure, una tendencia reciente que se refiere al tiempo que el viajero de negocios dedica para su ocio personal. “Es algo que ha existido siempre, pero que hoy las empresas aceptan y negocian bien. Es una forma de controlar mejor al viajero, en el buen sentido de la palabra. Las compañías quieren ofrecer más ofertas de este tipo”, aseguró Burriel. Esto obliga, a su vez, a monitorizar la ciudad de destino, para saber qué hay en cada momento y qué puede interesar más a los clientes. “Tenemos que ofrecer esas facilidades”, señaló Juan José Legarreta, director de business travel en Viajes El Corte Inglés.
El objetivo de la feria es poner en valor todo lo que hace este sector. “Estamos en un momento en el que se habla mucho de tecnología y nuevas tendencias, pero esto hay que aterrizarlo. Es un mercado cambiante, de pocos márgenes, y entre todos le tenemos que dar la vuelta”, sentenció Legarreta.