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La perplejidad de los legisladores de EE UU es peligrosa para Facebook

Mark Zuckerberg no puede confiarse ante el desconocimiento en ambas Cámaras sobre cómo funciona la empresa

El CEO de Facebook, Mark Zuckerberg, durante su comparecencia en el Congreso.
El CEO de Facebook, Mark Zuckerberg, durante su comparecencia en el Congreso. Leah Millis (REUTERS)

Las acciones de Facebook han subido notablemente desde que Mark Zuckerberg comenzó a testificar en el Capitolio de EEUU el martes. El fundador y CEO se ha enfrentado sobre todo a preguntas confusas de los legisladores en ambas cámaras sobre el uso de datos por parte de su compañía. Pero no puede confiarse.

Pocos legisladores tienen idea de cómo funciona Facebook y de cómo usa los datos o los protege. Orrin Hatch, senador de 84 años por Utah, parecía no saber que la compañía gana dinero con la publicidad. Muchos preguntaron por qué la empresa usa los micrófonos de los teléfonos móviles para ayudar a segmentar esa publicidad, cuando no es así.

Eso, sumado a la limitación de tiempo (cinco segundos para cada senador, cuatro para los miembros de la Cámara de Representantes), permitió a Zuckerberg torear muchas preguntas. Los inversores se lo tomaron como una señal de que Facebook podría continuar regulándose a sí misma.

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Sin embargo, las vistas del Congreso sobre préstamos hipotecarios, educación con ánimo de lucro y el sistema de salud han revelado malentendidos similares. Los expertos, ya sea en finanzas o en extracción de datos, pueden volverse insensibles a prácticas de la industria que la gente encuentra indefendibles una vez se hacen públicas. A menudo, la respuesta es hacer nuevas leyes. A pesar de mostrar arrepentimiento, Zuckerberg sigue en su mundo. Cuando se le preguntó si Facebook era un monopolio, su respuesta, “no me lo parece”, provocó una carcajada.

El CEO cometió dos errores que pueden costarle caros. Admitió que el común no lee los términos y condiciones de privacidad, y que Facebook es responsable del contenido de su web. Esto podría socavar los dos principales argumentos que suelen dar las empresas de internet: que los usuarios saben dónde se están metiendo y que solo proporcionan una plataforma para que otros la usen.

Eso abre la puerta para que los legisladores requieran acuerdos de privacidad más claros, quizás en la línea de las rigurosas nuevas normas que entrarán en vigor en la UE, o quizás una regulación más estricta.

Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Daniel Domínguez, es responsabilidad deCincoDías.

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