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Suecia se convence de que en España la ingeniería es tan radiante como el sol

Confía a empresas españolas las obras críticas de tren veloz y metro El Gobierno gasta 65.000 millones en transporte y vivienda

Las empresas españolas se vienen arriba por su éxito en Suecia. “Nos codeamos con la crème de la crème y competimos en ventaja con las mejores ingenierías del mundo”, exclama Miriam Ruiz, directora general de Typsa para Europa. “Nos confían los trabajos críticos: el diseño y cálculo de estructuras con solicitaciones ferroviarias de alta velocidad, el diseño funcional de túneles, las cuñas de transición de viaductos y túneles; el impacto ambiental...”, detalla Rafael López, consultor de Idom. “Los suecos nos buscan porque hemos resuelto diez veces retos a los que ellos no se han enfrentado nunca”, señala Marciano Limones, director de desarrollo de negocio y construcción de Esteyco.

Suecia se ha convertido en el objeto de deseo de empresas de medio mundo. Su Gobierno ha lanzado el más ambicioso plan de infraestructuras de su historia con una dotación de 65.000 millones de euros para el periodo 2014-2035. Una macroinversión bien justificada. Hace medio siglo que no se renuevan los sistemas de transportes y el parque de viviendas está estancado.

Crecimiento

La crisis migratoria ha convertido al país nórdico en un poderoso reclamo de acogida. Estocolmo, con apenas un millón de personas, ve crecer su población en 100 habitantes cada día.

La red ferroviaria sufre estándares de hace medio siglo con registros de 160 kilómetros por hora. Trafikverket, el gestor de infraestructuras, apuesta por la implantación de la alta velocidad. Ha dibujado una enorme Y sobre los 450.000 kilómetros cuadrados de la geografía de un país de diez millones de habitantes. Es la solución para conectar a 320 kilómetros por hora la capital con Gotemburgo y Malmö.

“Necesitamos construir 700.000 viviendas con urgencia”

La Cámara Hispano-Sueca trabaja para fomentar el comercio y las inversiones en ambos sentidos, apoyando tanto a las empresas suecas que quieren desarrollar su negocio en España como a las empresas españolas que buscan explorar y entrar en el mercado sueco. Su presidente, Anders Brundin, afirma que una de las iniciativas que más éxito ha tenido son los viajes de empresas españolas a Suecia con agendas a medida y encuentros con empresas, organismos y autoridades.

¿En qué sectores han logrado mayor éxito?Los sectores de mayor interés para las empresas españolas son los de infraestructura, ingeniería, construcción, hábitat, energías renovables, retail y alimentación ecológica. Generalmente, la Cámara ayuda a la empresa en un primer paso para dar con posibles socios, agentes o distribuidores adecuados. Una vez establecido el contacto correcto, ya siguen normalmente por su cuenta.

La municipalidad de Estocolmo despliega un plan para atender el fuerte desarrollo de la ciudad. ¿Cuáles son las oportunidades?Se estima que será necesaria la construcción de 700.000 nuevas viviendas y, de forma lógica, la evolución del sector tendrá un efecto importante sobre la demanda de equipamientos para las colectividades, pavimentos y revestimientos y, en general, sobre el sector hábitat. Una gran oportunidad para las empresas constructoras.

Las compañías españolas presentes en Suecia aprecian fuertes diferencias de cultura en obra pública, industria y administración entre los dos países.La empresa que quiere entrar en nuevos mercados tiene que saber adaptarse a las reglas de juego locales. Cada mercado tiene sus maneras de hacer las cosas y eso es difícil de cambiar. Los suecos dedican tiempo a las fases de planificación; puede parecer que hay lentitud en la toma de decisiones y en el cierre de contratos. Pero, una vez cerrado, simplemente se espera que se ejecute con mucha eficiencia y sin sorpresas. No se aceptará que un proveedor o un contratista no cumpla con lo acordado.

La municipalidad de Estocolmo ha ideado un plan para construir 150.000 nuevas viviendas en los suburbios de Barkarby, Arenastaden y Nacka. Con el mismo apremio, ­Stockholms Tunnelbana, la dueña del metro, ha lanzado una intervención para duplicar el único túnel sobresaturado del suburbano que une el norte con el sur en la decenas de islas que conforman la capital. El nuevo túnel acompaña a la creación de una línea de 20 kilómetros, 11 nuevas estaciones. Una inversión de 2.780 millones de euros.

¿Cómo se obtiene un triunfo tan contundente en un mercado tan exigente como el de Suecia? En una década las empresas españolas han pasado de facturar el 95% en el mercado nacional, a depender en un 80% del mercado internacional. Estar a la que salta en los cinco continentes es cuestión de supervivencia. Pero nadie regala nada.

El director general de la constructora Rover Alcisa, José Luis Macicior, explica que en Suecia es complejo licitar y contratar. “No conoces los costes y aprendes a base de presentar ofertas y perderlas. Tenemos que pujar con ofertas a la baja. Cuando ganas el primer contrato mandas un núcleo de técnicos españoles de confianza. En Suecia hay déficit de ingenieros y de personal de construcción. Exigen que traigas medios propios. Pero el choque cultural es tan grande que también necesitas gente local”. “Nuestra plantilla ha rejuvenecido. Los jóvenes ingenieros españoles saben idiomas, no temen viajar y defienden cada obra. Con presupuestos a la baja, buscan soluciones que combinen economía y calidad. El ingeniero extranjero hace lo que está programado”.

Las autoridades suecas se han fijado como prioridad poner en servicio el tramo de alta velocidad conocido como East Link. La obra en vía se iniciará en 2019 y en 2028 estará el tren en servicio. Une Estocolmo con Linköping. Son 160 kilómetros con 30 túneles y 200 puentes. Una inversión de 5.500 millones.

East Link

Las empresas españolas han conseguido una buena porción del pastel. Comsa hace el desdoblamiento de un tramo al noreste de Estocolmo entre Tibble y Visinge por 26 millones. Rover Alcisa se ha adjudicado la construcción de una línea de desvío en el nudo de Norrköping. Ha subcontratado a Esteyco la ingeniería de detalle de ocho estructuras, la mayoría pasos superiores.

Idom colabora con la ingeniería escandinava Sweco en un tramo de 42 kilómetros en el que está incluida la estación de Norr­köping.

Typsa realiza el diseño preliminar de un tramo de 17 kilómetros de longitud en Tallboda. Además, se encarga del estudio de viabilidad de la nueva línea de 350 kilómetros entre Jönköping y Malmö.

Metro profundo

Stockholms Tunnelbana, la sociedad que gestiona el suburbano de la capital sueca, ha elegido a la pareja hispano-sueca Typsa-­Sweco para enfrentarse a la parte mollar (1.350 millones) de una de las mayores actuaciones de transporte subterráneo que se realizan en el mundo: horadar 11 kilómetros de nuevos túneles en roca viva y construir seis nuevas estaciones a gran profundidad.

La ingeniería española creó hace tres años una filial en Suecia que hoy cuenta con nueve ingenieros.

Elena Miravalles, responsable en Escandinavia de Typsa, explica que su compañía ha abordado “el diseño preliminar del trazado de la línea”, que lleva aparejada la reconversión de los trazados actuales Verde y Azul, con la duplicación del túnel de interconexión en el eje norte-sur. “Ahora nos enfrentamos al diseño de detalle para sacar las licitaciones de construcción”.

Miravalles resalta la dificultad técnica de la estación de Sofía, que se va a construir a 100 metros de profundidad. “Un reto solo comparable al que ya hemos resuelto en la línea 9 del metro de Barcelona. El acceso de los viajeros se hará solo a través de ascensores.

Cultura sueca / cultura española

Túneles horadados en roca. El trazado de los túneles del metro bajo el suelo de Estocolmo busca la roca porque tiene grandes ventajas cuando se construye al lado del mar, explica Elena Miravalles. “Pero excavar en roca es carísimo”. En otros países estas obras se hacen con tuneladora, pero en el metro de Estocolmo se opta por el procedimiento tradicional de voladuras controladas conocido como pre-grouting. Se hacen perforaciones que dibujan el gálibo del túnel y se rellenan de hormigón prensado. Después, se vuela la roca que ha quedado en el interior del dibujo.

La barrera del idioma. El mercado sueco es abierto, pero mantiene “dos barreras naturales de entrada: el idioma y los procedimientos”, explica Marciano Limones. “Aunque los empresarios y técnicos hablan todos inglés, los proyectos y las memorias han de estar redactados en un perfecto sueco”. Son muy estrictos con los procedimientos, pero también fieles en su cumplimiento. Valoran el consenso. “Todos reman en la misma dirección, planifican mucho y las decisiones son colectivas”.

La lentitud de los procedimientos. “Las obras en Suecia se hacen con lentitud”, señala Johannes Segerpalm, coordinador de Typsa en el proyecto del metro. Existen consultas públicas, igual que en España, pero aquí cualquier persona puede parar una obra. Es suficiente con apelar a una autoridad de control que es independiente de la municipalidad y del Gobierno. Las ingenierías y constructoras se quejan de la enorme complejidad administrativa y de validación y aprobación de los proyectos en Suecia. Creen que en España han resuelto mejor el problema “porque se deja más margen de iniciativa a los políticos”.

Experiencia frente a titulitis. En Escandinavia hay déficit de ingenieros y los titulados pueden elegir el trabajo que les conviene, apunta Johannes Segerpalm. “No hay titulitis. El título no es un requisito incluso en los diseños estructurales, que son los más críticos. Es suficiente con acreditar experiencia”. Para presentarse a un concurso, los pliegos no exigen una determinada plantilla o disponibilidad de titulados. Las licitadoras dan de alta a expertos y técnicos en una base de datos de personal según la experiencia laboral que acrediten.

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