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China-EE UU: más allá de los aranceles

Desde la perspectiva de las empresas, hay vías mejores para mejorar la relación comercial

Paneles solares, uno de los productos cuyos aranceles va a incrementar EE UU.
Paneles solares, uno de los productos cuyos aranceles va a incrementar EE UU.REUTERS

Cuando Liu He, asesor económico jefe del presidente chino, visitó Washington a principios de marzo, hizo una solicitud razonable. Cuando se le dijo que el presidente de EE UU, Donald Trump, no estaba interesado en reanudar el “diálogo estratégico y económico” del dúo, Liu solicitó demandas específicas y actualizadas.

La Casa Blanca respondió pidiendo a China que redujera en 100.000 millones de dólares el déficit comercial bilateral, y comenzó a ampliar los aranceles. Es casi seguro que Pekín responderá atacando las exportaciones agrícolas de EE UU, como la soja. Desde la perspectiva de las empresas estadounidenses habría sido más inteligente exigir revisiones del plan Made in China 2025, que propone desarrollar industrias de exportación de vanguardia.

No hay nada malo en invertir en investigación, pero este programa depende en gran medida de los mismos atajos que han destruido puestos de trabajo en el extranjero mientras cargaban a los bancos chinos con deudas incobrables: a saber, crédito fácil, apoyo estatal para compras estratégicas en el extranjero e intercambio de importaciones por productos locales.

Esta combinación se usó con gran éxito en industrias más sencillas como el acero, y ahora cubrirá aviación, coches eléctricos, maquinaria agrícola y software, por nombrar algunos sectores prioritarios. Así que, aunque Pekín promete menores barreras para los extranjeros en sectores como las finanzas, los funcionarios están trabajando frenéticamente para asegurarse de que Boeing, Ford, Caterpillar y Microsoft pierdan cuota de mercado en la República Popular y, en última instancia, en el extranjero.

Para ser significativa, sin embargo, cualquier modificación del plan 2025 tendría que estar respaldada por cambios en las leyes: el fin de la obligación de transferir tecnología a las entidades locales, para empezar. Las empresas occidentales a menudo se ven presionadas, como precio de entrada en el mercado, a compartir los conocimientos técnicos.

Ceder terreno en esta y otras cuestiones generaría enormes dividendos también para Xi Jinping. Restablecería la relación con EE UU y abordaría una de las principales causas del problema de deuda de China. También demostraría que Pekín está listo para asumir el liderazgo en el libre comercio.

Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías.

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