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Merengue, el primer parque eólico de Extremadura y el primero sin primas

El nuevo parque de le energética ubicado en Plasencia “hará historia” Detrás llegará una avalancha de renovables en una región virgen

La directora de Personas y Recursos de GNF, Rosa Sanz, sella la primera piedra de Merengue. A su lado, el presidente extremeño, Guillermo Fernández Vara, y el director de Negocios Mayoristas de la compañía, Manuel Fernández.
La directora de Personas y Recursos de GNF, Rosa Sanz, sella la primera piedra de Merengue. A su lado, el presidente extremeño, Guillermo Fernández Vara, y el director de Negocios Mayoristas de la compañía, Manuel Fernández.
Carmen Monforte

La borrasca Gisele que estos días ha atravesado la Península, resultó una invitada de honor y premonitoria en la ceremonia con la que Gas Natural Fenosa iniciaba el miércoles la construcción del que será el primer parque eólico de Extremadura; el primero que se construye con el nuevo mecanismo de subastas de capacidad y el primero que no cobrará primas a la producción.

Ubicado en el término municipal de Plasencia y visible en el cruce de dos grandes autovías (la A-66 o Ruta de la Plata y la autonómica EX-A1), el parque eólico Merengue, nombre que recibe del monte en el que se levantará, pone fin a las disputas políticas que frenaron hace casi una década la construcción de este tipo de instalaciones en la región. Aunque después se eliminaron las restricciones, fue la crisis y la moratoria al cobro de incentivos las que paralizarían los proyectos.

No en vano, en la puesta de la primera piedra de Merengue, junto a máximos directivos de Gas Natural Fenosa (el director general de Negocios Mayoristas, Manuel Fernández; Rosa María Sanz, director general de Personas y Recuros y la de Gas Natural Fenosa Renovables, Ana Peris, entre otros) se encontraban el actual presidente extremeño, Guillermo Fernández Vara, y su antecesor, José Antonio Monago.

En abril de 2015 este derogó el decreto que cinco años antes había aprobado el Gobierno socialista de Vara, por el cual, se imponía a los promotores de proyectos eólicos la creación de tres puestos de trabajo locales por cada megavatio instalado o entregar un 8% de la facturación al ayuntamiento en cuyo término municipal se ubicase el parque.

Sea como fuere, tampoco la eliminación de estas trabas por parte de Monago, sirvió de mucho: en su reforma energética para acabar con el déficit de tarifa, el Gobierno de Mariano Rajoy, había aprobado una moratoria al cobro de primas; un recorte de ingresos de 2.700 millones de euros a las instalaciones en funcionamiento y, por último, por establecer un mecanismo de subastas de capacidad con un incentivo al que prácticamente han renunciado todas las adjudicatarias. De las tres pujas celebradas (una en 2016 y dos en 2017), Gas Natural Fenosa Renovables se ha adjudicado 667 MW.

Extremadura, junto con Aragón es una de las regiones donde las adjudicatarias de las subastas han identificado mayor número de proyectos. Gas Natural tiene en fase de desarrollo otros proyectos verdes, entre otros, la planta fotovoltaica Las Jaras, entre La Albuera y Badajoz, con una potencia de 50 MW o la de Miraflores, en Castuera, de 20 MW.

La fuerza del viento

“Si el extremeño Hernán Cortes llegó al Nuevo Mundo hace casi 500 años con la fuerza del viento, Merengue colocará a Extremadura en la vanguardia de las energías renovables, que nos permitirá, como el viento, llegar muy lejos”, poetizó el alcalde de Plasencia, el popular Fernando Pizarro.

Se trata -recordó-, de la mayor inversión privada que recibe este municipio: 40 millones de eurospara una capacidad de 40 MW repartidas entre 15 aerogeneradores. Además del beneficio de esta inversión, el ayuntamiento recibirá cada año pingües beneficios fiscales por el parque: el Impuesto de Actividades Económicas y el IBI. Además, recibirá dos millones de euros por la licencia municipal de obras y el canon urbanístico (por este ha cobrado ya 782.000 euros).

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Las empresas ganadoras de las subastas han troceado sus proyectos: todos tienen menos de 50 MW, pues este es el límite por debajo del cual se tramitan ante la comunidad autónoma, evitando así la ventanilla y mayor burocracia de los Ministerios de Energía y Medio Ambiente, que son los encargados de otorgar los permisos para instalaciones de más de 50 MW.

Los responsables de Gas Natural han aplaudido “la agilidad de la Junta de Extremadura” en otorgar todos los permisos. No en vano, el parque Merengue “hará historia” por ser el primero de la nueva etapa. Bien es cierto que la tramitación administrativa de Merengue comenzó en julio de 2015 (tras el decreto de Monago), pero entre la concesión del acceso y conexión (en mayo de 2016), en apenas año y medio la compañía ha logrado la Declaración de Impacto Ambiental, la Autorización Administrativa y el Acta de Puesta en Marcha, que la empresa logró en 2017.

Tras resaltar el papel desempeñado en su día por Extremadura en el campo de la energía hidráulica y nuclear y respecto a la necesidad de una planificación, Fernández Vara dijo: “Tenemos que decidir qué queremos ser de mayores y decidirlo ahora para que se haga realidad dentro de 30 años”.

Las obras tienen un plazo de ejecución de nueve meses y durante las mismas se crearán 250 empleos. El parque producirá 155 GWh al año, equivalentes al consumo de 44.000 viviendas, el doble de la demanda eléctrica anual de Plasencia.

Molinos de Siemens Gamesa

El parque eólico Merengue se ubica en el término municipal de Plasencia en unos terrenos propiedad de ocho familias. Con una capacidad de 40 MW, contará con 15 aerogeneradores de Siemens Gamesa, que será la encargada de su montaje y puesta en marcha.

En el proyecto participan otras compañías: Grupo Render, en la obra civil y red de media tensión; Juan Galindo, encargada de la construcción de la subestación del parque y de la linea de evacuación de alta tensión, así como las ingenierías del grupo (GNFing y GNFengineering) y Applus, Audema y AT Clave. El parque conectará con las redes de transporte de REE y las de distribución de Iberdrola. Una línea de 132 kV de unos siete kilómetros.

En los nueve meses que durará la construcción, que acanbará a finales de este año, la compañía hará “un seguimiento ambiental y arqueológico continuo”, según señaló el miércoles.

Esta infraestructura permitirá “desplazar el uso de otras fuentes convencionales de electricidad, reduciendo las emisiones en unas 120.000 toneladas de CO2 al año, además de otras emisiones contaminantes”, añade. Gas Natural duplicará su potencia renovables (de 1.147 MW) antes de 2020.</p>

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Sobre la firma

Carmen Monforte
Es redactora de Energía de Cinco Días, donde ocupó también los cargos de jefa de Especiales y Empresas. Previamente, trabajó como redactora de temas económicos en la delegación de El Periódico de Cataluña en Madrid, el Grupo Nuevo Lunes y la revista Mercado.

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