Los grandes bancos, agazapados a la espera de Bankia
Los medianos son la otra gran baza para ganar tamaño Santander quiere más mujeres en la cúpula
Las declaraciones del presidente de Bankia, José Ignacio Goirigolzarri, no han dejado indiferentes a ningún banquero. Nadie se explica cómo un banquero pudo ser tan explícito en sus comentarios al prestigioso periódico Financial Times. Aunque no ha sido el único banquero español que ha realizado unas declaraciones explosivas al diario británico.
Isidro Fainé también dio en 2015 varias pistas de lo que, el entonces presidente de CaixaBank y La Caixa, quería hacer con la participación del grupo en Repsol. Sugirió una salida de la compañía, ya que Repsol “no es estratégico”.
También manifestó que creía que el mercado bancario español se simplificaría aún más en unos años. “Ahora hay 14 bancos (ahora hay 12 tras la compra de Popular por Santander, y la absorción de BMN por Bankia), pero creo que quedarán seis o siete”, declaró entonces. El ya exministro de Economía y ahora próximo vicepresidente del BCE”, Luis de Guindos, también acudió al FT para explicar las necesidades de provisiones de la banca española en plena crisis financiera, cifra que semanas después se confirmó.
En este caso, las declaraciones de Gorigolzarri han vuelto a despertar el sueño de algún que otro banquero para crecer nuevamente en el mercado español con una gran fusión que le vuelva a colocar por encima de Santander con Popular, o por lo menos a codearse con los primeros espadas del sector.
La privatización de Bankia es una de las primeras tareas que debe abordar el nuevo ministro de Economía, Román Escolano, lo mismo que la elección del próximo gobernador del Banco de España que sustituya a Luis María Linde, cuyo mandato finaliza en junio. El plazo para finalizar la privatización de Bankia acaba en diciembre de 2019, aunque el Gobierno puede ampliar nuevamente esa fecha. De momento, la idea es vender nuevamente paquetes de esta entidad en el mercado a inversores institucionales.
Ese es el proyecto que tenía el FROB sobre la mesa hasta ahora. De hecho, no baraja su venta a otro banco, aunque la operación sea factible, como ha reconocido públicamente su presidente, Jaime Ponce. Eso es lo que estaba ahora proyectado. Pero los planes del Gobierno pueden modificarse, aunque priorice la independencia de la entidad, como destaca Goirigolzarri.
De momento, es cierto que hay algún que otro banco interesado en Bankia. El problema es que si quiere comprarlo tendría que poner sobre la mesa algo más de 12.020 millones de euros, su valor en Bolsa para la adquisición de la participación del FROB, que el del 60%, la posible prima, y la participación del resto de los accionistas que podrían estar interesados en acudir a una hipotética opa.
El cambio en acciones es prácticamente inviable, ya que supondría meter al FROB o lo que es lo mismo, al Estado como accionista del banco comprador, algo que nadie quiere, entre otras razones por las limitaciones en sueldos de la cúpula que ello significa. Pero estos bancos interesados siguen agazapados. Hace un año el problema era Popular, y la prioridad de Economía era que alguna gran institución se hiciera cargo de este banco.
No tocaba hablar de una posible compra de Bankia. Ahora resuelto Popular, se puede levantar la veda por el banco que preside Goirigolzarri. La idea de algún que otro banco es que el Estado siga privatizando paquetes de Bankia, y una vez que el porcentaje sea pequeño o considerado asumible hacer una oferta. Esta es la teoría, no se sabe si se pondrá en práctica. La absorción de bancos medianos es otra oportunidad, la última en España que tiene algún gran banco para dar el salto en el mapa y nadie quisiera desaprovecharlo si se da otra vuelta de tuerca a las fusiones, la definitiva, para quedar esos seis o siete bancos de los que habló Fainé.
Y cambiando de asunto. La gran protagonista en España la semana pasada ha sido la respuesta de las mujeres, y, por qué no, de los hombres a la llamada del 8 de marzo para reivindicar por huelga y manifestaciones una igualdad salarial y de oportunidades para la mujer. Uno de los sectores en los que la brecha salarial y de oportunidades entre hombres y mujeres es mayor es en el de banca. Según datos ofrecidos por la asociación de Técnicos del Ministerio de Hacienda (Gestha).
En los bancos y las aseguradoras, las mujeres cobran 15.865 euros menos que los hombres. Esta gran brecha se produce especialmente en la banca, donde los principales cargos directivos siguen copados por hombres. Los banqueros han asegurado uno por uno que están intentando solucionar las disparidades entre hombres y mujeres.
El presidente de Sabadell, Josep Oliu, aseguró en la presentación de resultados del banco que “en la entidad brecha salarial no hay, pero sí hay un cierto déficit de directivas, a mi modo de ver, que estoy empujando para que esto vaya mejorando”.
El 45% de las promociones a directivos son mujeres, y la paridad de la plantilla es casi total, aseguran desde el banco, ya que el 51% son mujeres y el 49% son hombres.
En el caso de Santander 111.000 empleados son mujeres, el 55% de la plantilla. El 36% de los miembros del consejo son mujeres, aunque su presidenta, Ana Botín, se queja de que “solo el 20% está en puestos directivos. Y eso hay que arreglarlo”. De hecho, es uno de los objetivos de diversidad que se ha planteado el grupo. En Reino Unido el porcentaje de directivas se eleva al 40%, pero con menor sueldo.
BBVA cuenta con menos mujeres en su consejo, solo el 23%, que se elevará al 26% tras la junta de accionistas. Asegura que al día de hoy el 48% de los puestos que implican gestión de equipos está ocupado por mujeres, y el 58% de los puestos de generación de negocio y beneficio.
CaixaBank afirma que el 39,1% de los puestos directivos de la entidad está ocupado por mujeres. Y recuerda que tiene en marcha varias iniciativas dentro de su plan estratégico para incrementar este número, lo mismo que Bankia.
Mientras, Botín compartió en su cuenta de Twitter el pasado día 8 de marzo varios mensajes, entre ellos “la penalización por la maternidad no es un mito”. Ana Botín, que tiene tres hijos, añade que “después del primer hijo, los ingresos de la mujer se reducen bruscamente y no llegan a recuperarse completamente”. La fuente es la revista de la Oficina Nacional de Investigación Económica (NBER).