Trump relaja la tensión con Europa y aleja el riesgo de una guerra de divisas
El presidente de EE UU sorpende con un tono mesurado y abierto a la comunidad internacional
Por una vez, Donald Trump ha defraudado. Para bien. En contra de lo esperado, su intervención estelar en la última jornada del Foro Económico Mundial no fue una sarta de mandobles contra diestro y siniestro sino una reivindicación de su primer año en el cargo y una oferta a la élite política y empresarial presente en Davos “para construir un mundo mejor”.
Fiel a su estilo, sin embargo, el magnate solo ejerció de estadista durante el discurso y no pudo evitar ser de nuevo Donald Trump durante el breve turno de preguntas, en el que volvió a arremeter contra las presuntas falsedades de la prensa, aunque en tono más suave que de costumbre.
“Siempre pondré a EE UU por delante como deberían hacer otros líderes con sus países”, señaló Trump. Pero añadió que su lema “America First no significa América en solitario”.
Las palabras de Trump relajan la tensión registrada a lo largo de la semana entre EE UU y la Unión Europea en torno a los tipos de cambio de sus respectivas divisas, hasta el punto de que se llegó a temer una guerra comercial.
La escalada empezó por las palabras del secretario del Tesoro estadounidense, Steven Mnuchin, a favor de un dólar débil, lo que provocó una revalorización del euro poco conveniente al bloque europeo.
El presidente del BCE, Mario Draghi, acusó sin citarle al secretario del Tesoro de romper la neutralidad sobre los tipos de cambio pactada a nivel internacional. Y advirtió que si Washington confirmaba esa orientación, Europa tendría que ajustar también su posición. “La preocupación va más allá del tipo de cambio”, advirtió el jueves Draghi. “Atañe al estatus general de las relaciones internacionales en estos momentos”, dijo.
Trump rebajó el viernes la tensión con una alocución en Davos bastante mesurada, aunque ya ha demostrado que puede girar de manera imprevista.
De momento, el presidente de EE UU aseguró que cuando su país crece “también lo hace el resto del planeta”. Y en contra de la ruptura con la comunidad internacional temida tras su llegada a la Casa Blanca, Trump recordó que su administración ha estado presente en todas las citas del _G-7, del G-20, de la Asamblea General de la ONU o de la Organización Mundial de Comercio.
“Y ahora en este Foro”, añadió Trump para subrayar que es el primer presidente de EE UU que acude a Davos en casi 20 años. Ni Barack Obama ni su predecesor George W. Bush pisaron nunca los Alpes suizos, aunque probablemente por distintos motivos.
"Ahora cuento con 50 amigos más", señala Trump en relación a los máximos ejecutivos de Siemens, Nokia, Total o Bayer
El tono conciliador de Trump fue acogido con grandes aplausos por una platea que, en principio, parecía poco favorable al multimillonario presidente, pero que solo se mostró ligeramente incómoda ante una de sus bromas sobre “las cámaras de televisión que empiezan a apagarse” cuando ataca a los medios de comunicación.
Trump parecía sentirse cómodo con una cita que el día anterior le permitió cenar con medio centenar de grandes empresarios mundiales “a los que antes no conocía pero sobre los que había leído mucho toda mi vida”. Satisfecho del encuentro, aseguró que “ahora cuento con 50 amigos más”.
Entre sus presuntas nuevas amistades figuraban los máximos directivos de multinacionales como Siemens, Deloitte, Nestlé, Nokia, Volvo, Total o Bayer.
El mensaje de Trump a toda la comunidad empresarial ha sido que “EE UU ruge de nuevo”. “Nunca ha habido un mejor momento para contratar, construir, invertir y crecer en EE UU”, aseguró el magnate durante su intervención ante el plenario de Davos.
Trump se mostró eufórico por el impacto económico de su reforma fiscal, “la mayor en 45 años”, y por la creación de 2,4 millones de empleos desde su elección como presidente. “Y la Bolsa ha subido un 50%. Si hubiera ganado el candidato que algunos de ustedes apoyaban, habría caído un 50%”, pinchó a la selecta audiencia de Davos. No se pudo resistir.