Alemania, tras los cargos de poder de la UE
Este año empieza el regateo de puestos para el BCE, la Comisión y el Consejo
Este año, los líderes europeos van a empezar el juego multidimensional del regateo en el reparto de los puestos más poderosos de la Unión Europea. Y Alemania probablemente esté más interesada en controlar las riendas del presupuesto europeo que los tipos de interés.
El mandato del presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, expirará en octubre del año que viene, casi al mismo tiempo en que Jean-Claude Juncker y Donald Tusk –presidentes de la Comisión Europea y del Consejo respectivamente– deberán abandonar sus cargos.
La decisión sobre quién terminará ocupando estos puestos estará determinada por varias circunstancias. La primera de ellas será la elección de un nuevo vicepresidente del BCE, ya que el mandato de Vitor Constancio finaliza en mayo. Los Estados miembros con pocas posibilidades de ocupar los puestos más altos en Fráncfort o Bruselas competirán para que uno de sus nacionales reemplace al banquero portugués. Las naciones más grandes apoyarán a esos candidatos a cambio de que, a su vez, les devuelvan el apoyo más adelante.
El regateo habitual será aún más complicado si el presidente francés, Emmanuel Macron, se sale con la suya con el nombramiento de un nuevo ministro de Finanzas para la zona euro. La propuesta de crear un nuevo Fondo Monetario Europeo (FEM), con capacidad para ofrecer ayuda financiera cuando los países se metan en problemas, crearían otro cargo importante.
A Berlín le interesa más controlar las riendas del presupuesto de la UE que los tipos de interés
Las nacionalidades importan, particularmente cuando se trata del BCE. Y este nunca ha sido liderado por un alemán, por lo que puede ser el momento de que uno de ellos coja el timón. Pero Berlín puede darle menos importancia al jefe de una institución que es ferozmente protectora de su independencia que a la persona que esté a cargo de repartir el dinero.
Un ministro de Finanzas de la eurozona o un jefe del FEM pueden acabar teniendo mayor control directo sobre la política. Berlín va a querer que al menos uno de ellos sea ocupado por uno de sus nacionales o por alguien de un país con una visión similar sobre la necesidad de restricción presupuestaria. En este reparto, el BCE puede no ser el primer premio.
Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Elisa Castillo Nieto, es responsabilidad de CincoDías.