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Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

La máquina del empleo funciona, pero hay que alimentarla con reformas

El año pasado se crearon más de 600.000 empleos, pero quedan 3,4 millones de parados

El secretario de Estado de Seguridad Social, Tomás Burgos, durante la presentación de los datos de paro y afiliación a la Seguridad Social correspondientes al mes de diciembre de 2017.
El secretario de Estado de Seguridad Social, Tomás Burgos, durante la presentación de los datos de paro y afiliación a la Seguridad Social correspondientes al mes de diciembre de 2017.Efe

La máquina del empleo funciona en España, y lo hace a buen ritmo. Los datos del año 2017 son sólidos y reflejan la buena salud de un mercado de trabajo que vuelve a bombear con fuerza y ha dejado atrás los tiempos de anemia y parálisis. El año pasado se crearon más de 600.000 empleos, según el registro de cotizantes de la Seguridad Social. Ello supone casi 1.700 nuevos puestos de trabajo al día, el mejor registro de la serie histórica, con la única excepción de 2005, el año en que la regularización masiva de 900.000 inmigrantes prácticamente reventó la estadística. Los números conocidos ayer invitan sin duda al optimismo, como también lo hace el hecho de que se trate de un empleo diversificado, pero no ocurre lo mismo con la tarea que queda por delante, que es todavía ingente, así como con el reto de mejorar poco a a poco la calidad de un empleo que refleja todavía las características propias de una economía que ha dejado atrás una larga crisis. En España hay actualmente 3,4 millones de personas en edad de trabajar que no tienen empleo. Con una cifra de 18.460.201 cotizantes, resta todavía otro millón de afiliados para llegar al máximo de 2007.

Desde distintos sectores se reclama una nueva vuelta de tuerca a la reforma laboral, que ha funcionado bien en estos últimos años al liberalizar y flexibilizar el mercado, pero que debe ser mejorada para introducir mecanismos que agilicen aún más la contratación, minimicen la temporalidad y unifiquen las indemnizaciones por despido.

No es la única tarea que resta por abordar. La agenda de reformas estructurales que España ha llevado a cabo en los últimos años constituye un logro que es justo reconocer, pero esa agenda no ha sido completada y tiene por delante varios puntos importantes que es necesario abordar. Desde una reforma profunda de las administraciones públicas hasta completar la liberalización de los servicios profesionales y acelerar en lo posible los trabajos para asegurar la sostenibilidad de la Seguridad Social. Son tareas importantes que llevan demasiado tiempo pendientes y que hay que resolver cuanto antes.

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